domingo, 26 de agosto de 2012

RABÍ YONÁ


Hoy viene en el Heraldo de Aragón un artículo escrito por Guillermo Fatás titulado “Rabí Yoná” que me ha encantado y me ha hecho retrotraerme a lo que contaba sobre “LOS OTROS ESPAÑOLES” en este mismo blog.
Con la erudición que caracteriza al profesor Fatás, nos da a conocer la figura de este ilustre personaje cordobés de nacimiento y zaragozano de adopción. Uno más de entre los sabios que tuvieron que huir de las discordias reinantes en Córdoba tras la fitna y vinieron a instalarse en Zaragoza, atraídos por el régimen de tolerancia y prosperidad instaurado tras la independencia del reino zagrí. De esto, hace ya un milenio. El reino de Aragón no existía todavía como tal, pero sí éste que supuso la primera vez que en estas tierras se instaurara un reino independiente, bajo la dinastía Tuchibí. Para situarnos un poco en relación a Tauste, en esa época (hacia 1020) está fechado un capitel ricamente labrado en alabastro que se halló en Barrio Nuevo y que tuvo que pertenecer a un edificio muy suntuoso (¿palacio?, ¿mezquita?) que hubiera en este lugar que ahora nosotros pisamos.
El rabí Yoná (Jonás) ibn Yannah era un sabio médico judío que aun hoy pasa por ser el más completo tratadista sobre la lengua hebrea de la Biblia, una de las grandes lenguas de la cultura universal. El profesor David Romano diría de él en la primera edición de la Gran Enciclopedia Aragonesa que “dejó establecidas las reglas de la gramática hebrea; los autores posteriores a él hubieron de limitarse a añadir pequeños detalles o bien se dedicaron a un trabajo de sistematización de la investigación de lo investigado por él”. Lamentablemente, en la segunda edición, los responsables tuvieron el descaro de eliminar las firmas.
Cuando el judaismo hispano era el más culto del mundo, él fue el mayor experto en hebreo y escribió su obra en un árabe límpido que le dio gran difusión. Los judíos ultras de Saraqusta (también los había) se escandalizaban con las interpretaciones que Yoná hacía de la Biblia, basadas en su hondo conocimiento del hebreo antiguo, pues desechaba aquellas frases reñidas con el espíritu genuino del hebreo antiguo, por arraigadas que estuvieran. En palabras del profesor Fatás, “lo dijo sin pelos en la lengua: sostener ciertas tradiciones no era piedad, sino ignorancia, un aserto moderno y tan arriesgado entonces como hoy frente a los cenáculos cavernícolas”. Y uno, al leer esto de los “cenáculos cavernícolas” en esta época, se da cuenta de que siguen estando presentes en todas las sociedades, incluida la nuestra.
Su obra fue tan brillante y certera que aún se utiliza en la actualidad, tanto en su parte gramatical como en la léxica. Aquí está olvidado del todo, pero en el siglo XIX, sus trabajos, realizados en Zaragoza, fueron editados en Oxford, Berlín, París y Fráncfort.
Como dice Fatás, “Atraco a las tres” tiene nombre de calle en Zaragoza (y otras tonterías), pero el rabí Yoná ibn Yannah no.
Otro más de aquellos “OTROS ESPAÑOLES”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

55Yo también lo he leido... y he pensado que te gustaría.