domingo, 28 de junio de 2020

TERRITORIO MUDÉJAR EN ARAGÓN TV

Ya son varias las personas que me han parado por la calle para compartir conmigo su decepción por lo que vieron en el programa de “Unidad móvil” de Aragón TV, en su emisión del pasado viernes. Claro, ¿yo qué les voy a decir? Pues que no, que a mí no me decepcionó, porque la decepción ya me la llevé cuando conocí en primera persona de qué va esta gente.

 “Territorio Mudéjar” nace al amparo de la Diputación de Zaragoza como una asociación de pueblos con patrimonio mudéjar con el “supuesto” objetivo (ya verán por qué entrecomillo lo de “supuesto”) de promover el desarrollo económico y social a partir de su patrimonio cultural, con frases tan bonitas como “miradas innovadoras”, etc. Establece su sede en Tobed, que el pueblo lo merece y tiene una iglesia mudéjar espectacular, pero también podría haber sido cualquier otro, más que nada por aquello de que la gente dice que “qué casualidad, ser el pueblo del presidente de la DPZ”, y se indigna, como es natural.

 Cuando nos enteramos de la naturaleza que decían pretender acerca de sus proyectos, tiempo nos faltó para ponernos en contacto con la Dirección. Nos parecía fantástico que, por fin, en nuestro territorio, se llevaran a cabo iniciativas como esta y, si una de las ideas principales que difundían era aquello de la “mirada innovadora”, qué mejor que comenzar a poner sobre la mesa los argumentos sobre el verdadero origen de esta arquitectura, que no es otro que la continuidad de la que había nacido en el siglo XI en esta misma tierra con unas técnicas importadas del mundo persa. Eso sí que es innovador y no el pobre argumento de que a los aragoneses del siglo XIV les dio por imitar el arte del imperio almohade, enemigo nuestro por aquel entonces, cuya frontera estaba unos 500 Km hacia el sur (la actual Andalucía), en un reino -el nuestro- que ya tenía dos siglos de bagaje cristiano-europeo. ¿A que no tiene sentido? Claro que a nuestros mandamases les gustaba el arte musulmán, pero era porque se lo habían encontrado aquí cuando conquistaron el territorio, supieron aprovecharlo y tuvieron gente en sus dominios para seguir cultivándolo. A esa gente, los moros aragoneses, los llamaba Cervantes en el Quijote “tagarinos” (que viene a ser lo mismo que “zagríes”, porque es la misma raíz), mientras que a los moros granadinos les llamaba “mudéjares”. Una vez más se manifiesta lo dados que somos a adoptar las denominaciones foráneas.

 Entristece escuchar por gentes de Zaragoza que “la Aljafería recuerda a la Alhambra” como si el arte musulmán zaragozano se debiera al del sur de la Península, en lugar de decir que “la Alhambra debe mucho a la Aljafería”, porque realmente fue aquí donde se desarrollaron esas técnicas. A la estructura de alminar compuesto por una torre dentro de otra se la denominó “almohade” cuando, realmente, fue aquí donde se inició un sistema de escalera intramural (la torre de Santa María de Tauste, por ejemplo) que fue evolucionando en el propio territorio y, posteriormente, adoptado por los almohades porque debió de parecerles muy práctico; y así fue como hicieron la Giralda de Sevilla. Por eso, entristece también oír de boca de gente aragonesa que nuestras torres tienen estructura de “alminar almohade”, como también aquello de que las torres octogonales aragonesas están inspiradas en las torres góticas catalanas. Esta última afirmación no la dijeron en el programa, pero es muy propia de esta gente. Con aragoneses así, no necesitamos catalanes que deprecien lo nuestro.

 También diré que me pareció percibir un guiño en cierto comentario acerca de las torres de Teruel como que eran de “segunda generación”, en alusión a este asunto de la estructura interna en las torres construidas a partir de 1300. Quizá se refería, aunque no lo dijo, a que hubo una generación anterior, que fueron estas de la escalera intramural. Pues bien, perdónenme la inmodestia, pero aquí quiero decir ya que quien descubrió este detalle trascendental fue un servidor, el mismo que está escribiendo esto, todo un hallazgo en la torre de Tauste que nos sirvió para estudiar “las tripas” de otras e ir catalogándolas con un criterio más fiable que lo que pueda o no convenir a ciertos historiadores, y escrito quedó en las Actas de las X Jornadas sobre la Historia de Tauste, de la Asociación Cultural “El Patiaz”, allá por el año 2009. Y conste que me encanta eso de la libre circulación de información sin ser necesaria alusión alguna a la autoría cuando la cosa funciona para el mejor fin de todos, pero estos no van de eso: ellos se apropian de lo de los demás (ya lo han hecho con cosas que yo he escrito) pero, luego, su autoría es su autoría.

 No voy a extenderme sobre las carencias, imprecisiones y omisiones de bulto sobre lo que sacaron de Zaragoza capital, pero sobre mi pueblo tengo que decir que Tauste no se merece eso: unas explicaciones dadas por unos jóvenes que parecen no conocer el monumento (lo que dijeron acerca de la buena accesibilidad y buen estado de conservación no es para nota, ni mucho menos, y omitieron lo más relevante, que lo hay y mucho).

 Me dicen que por qué no me llamaron a mí. ¿Cómo iban a llamarme si no les conviene? No pretendemos que nos digan desde el primer día “muy bien, chavales, qué bueno lo vuestro, vamos a reescribir la historia como decís”, pero, como ha dicho en varias ocasiones Marisancho Menjón, qué menos que admitir a debate unos argumentos que parecen bien fundamentados. Ni eso. Ahora sabemos por qué: porque ellos no tienen argumentos para contradecirlos y ven cómo cada vez más gente de prestigio y con mentalidad abierta aceptan sin ningún complejo nuestras teorías mientras ellos se quedan estancados.

 Se mantienen en una fidelidad ciega a las tesis de Gonzalo Borrás sin darse cuenta de que él tuvo el valor de contradecir las de los grandes popes que había habido hasta entonces y la brillantez de llevar el arte mudéjar aragonés a la alta calificación que hoy tiene, cuando antes no pasaba de estar considerado como un estilo menor. Después ya no quiso aceptar públicamente teorías que no comulgaran con lo que él había escrito y así pasaron generaciones de estudiantes que, para salir adelante en la Universidad de Zaragoza, no podían rebatir una sola coma de aquello. Todavía continúan ahí anclados y es una lástima que en la juventud de hoy en día no destaque siquiera una voz inconformista que sea capaz de traer aires nuevos, como hizo en su tiempo el profesor Borrás.

 Tengo la certeza de que “Territorio Mudéjar” ha nacido para satisfacer intereses personales y para luchar por que nada cambie de lo que ya se escribió. Sería presuntuoso por nuestra parte pensar que incluso motivados por la aceptación que en ciertos sectores están teniendo ya nuestras teorías, como reacción a la misma, pero hasta eso cabe. Así no vamos a ningún sitio. La Administración Pública debería invertir el dinero de todos en cosas más útiles que en crear y mantener entidades donde se les ve este plumero. No entiendo muy bien qué pinta el Ayuntamiento de Tauste colaborando con una asociación así, y, encima, como vocal de la junta directiva. Con amigos así no necesitamos enemigos y ausencias llamativas en esa asociación como la de Tarazona dan qué pensar. Es para mirárselo.