domingo, 3 de julio de 2011

TENEMOS EN TAUSTE LA TUMBA ISLÁMICA MÁS ANTIGUA DE ARAGÓN (2)


¿Qué significa esto?. Pues, sencillamente, que en la primera mitad del siglo VIII, en el actual barrio del “Esporrín” (me enteré hace poco de que tenía ese nombre), ya había un cementerio y, si había un cementerio, es porque había una ciudad, lo que demuestra que la fundación de Tauste no es de época musulmana sino anterior.


¿Cuánto anterior?. Quién sabe. Aquí empezaríamos a plantear hipótesis que no dejarían de ser sino eso, meras hipótesis, en tanto que no se avance en la investigación. Al fin y al cabo, la construcción de la Historia consiste en eso, proponer caminos de solución y avanzar sobre los mismos, hasta comprobar si son certeros y se pueden dar por válidas las hipótesis planteadas, o erróneos y corregir el camino. De momento, si bien yo ya puse en entredicho la historiografía oficial sobre los orígenes de Tauste detectando errores evidentes en la interpretación constructiva de nuestra torre, a partir de otros estudios (investigadores como Francisco Íñiguez, Agustín Sanmiguel, Javier Peña o José Miguel Pinilla), plasmándolo en mi trabajo “Tauste en los Siglos XI al XIII”, ahora ya, con este descubrimiento, resulta que una parte del mismo ya puede tambalearse. Me refiero al planteamiento que hice del Tauste anterior al siglo XI como un pueblo muy pequeño (ese pequeño tamaño que los historiadores aún mantienen a principios del siglo XII). Quizá era ya algo importante, en cuanto a casco urbano y a población se refiere. Repito, quién sabe.


De cualquier manera, todo esto encaja con lo que cuenta Marisancho Menjón en su reciente libro titulado “El Castillo de Sora” (cuya lectura recomiendo), en las páginas 29 a 36, como también encaja con lo que ya escribió Miguel Angel Pallarés en el libro “Tauste, Agua y Vida”, donde fecha un capitel hallado en Barrio Nuevo, situándolo en la segunda mitad del siglo VII. Este dato es muy interesante ya que Pallarés, con toda prudencia, lo califica como “visigótico o árabe”, es decir, que puede estar a caballo entre ambas etapas de la historia, aunque su datación entre 650 y 700 parece indicar su inclinación a situarlo más bien en época visigoda. Por supuesto, se trata de un resto puntual, pero ¿qué pinta una pieza de alabastro tan finamente tallada como ésa, con decoración vertical hecha a cincel y trépano, de palmetas rematadas con volutas y con sogueados, en un pueblo al que todavía se le supone en la noche de los tiempos?. Si existía ya ese capitel en Tauste en esos años, no estaría sólo –evidentemente- y pertenecería a una construcción consecuentemente rica con el valor artístico que denota ese capitel. Si es posterior a 714, pudo ser la mezquita, pero si es anterior –como aventura Pallarés-, pudo ser una iglesia visigoda o un palacio de aquella época.


El catedrático D. Carlos Laliena, en un trabajo titulado “Acerca de la articulación social de los espacios rurales en el Ebro medio (siglos V-IX)”, asocia asentamientos de época visigoda con cursos de agua. ¿Hubo agua en el Esporrín?. Sabemos de la existencia de la balsa del “Granero”, en el inicio de la Avenida Obispo Conget, pero siempre hemos conocido toda esa zona como “Las Eras”, un auténtico secarral. Francisco Javier Gutiérrez lanza la reflexión de que “hay que pensar que el clima ha ido extremándose y secándose; tal vez hace mil y pico años esa balsa abasteciera campos de cultivo en esa zona”. Quién sabe.


Quiero decir con todo esto que nuestro “buen mozo” de la tumba nº 2 (habría que ponerle nombre, ¿no os parece?) no es el primer hallazgo de épocas tan tempranas de la historia de nuestro pueblo y que habrá que dejar de considerar esas épocas como “la noche de los tiempos”, como si nada hubiera habido.


De todas formas, tampoco parece muy creíble que Tauste sea una fundación visigoda, pues no es una etapa de la Historia de España que destaque especialmente por ningún esplendor demográfico ni urbanístico. Si no fue así, la etapa anterior es la romana, de la que tenemos constancia de la existencia de “villas” o caseríos en nuestro término municipal, pero ciudades... Además, tenían un concepto del urbanismo muy ortogonal, a partir de dos ejes perpendiculares (Cardo y Decumano) y todo un trazado perpendicular, cuyo exponente más cercano lo tenemos en Zaragoza, donde el Cardo es la C/ Jaime I y el Decumano la C/ Mayor. No es un modelo urbanístico que corresponda a nuestro pueblo.


Casi podemos encontrar mayor probabilidad en la época prerromana, de la que sí hay constancia de ciudades bien organizadas, como es el caso cercano de Valdetaus. Quizá no sea muy descabellado pensar que aquí hubo una ciudad contemporánea con aquélla: ésta en un escarpe sobre el río Arba y aquélla en otro sobre el río Ebro.


¿Quién sabe? De momento, todo son conjeturas, todo es posible y, como decía antes, la única forma de avanzar en el conocimiento de la Historia es estudiar, investigar, aventurar, equivocarse, rectificar, etc. Nuestro arqueólogo, Francisco Javier Gutiérrez, augura un futuro prometedor para Tauste en el terreno de la investigación arqueológica y en la puesta en valor de nuestro patrimonio y de nuestra historia. No corren buenos tiempos económicos, pero, poco a poco, tendremos que ir haciendo el camino.

TENEMOS EN TAUSTE LA TUMBA ISLÁMICA MÁS ANTIGUA DE ARAGÓN (1)

El pasado 29 de octubre colgué un artículo en este mismo blog en el que informaba del importante hallazgo de la necrópolis musulmana de Tauste.



Voy a confesar una cosa: dentro del abanico de fechas probables que adelantaba para este cementerio (entre los siglos VIII y XII), siempre pensé que pertenecerían al siglo XI. Ya era mucho logro para Tauste y para la Asociación El Patiaz haber descubierto un cementerio islámico donde se pensaba que simplemente se trataba de unos enterramientos de finales del siglo XIX, consecuencia de una epidemia de cólera, como para suponer cosas tan fantásticas como que fueran posteriores a la conquista cristiana (según la historiografía, no quedó población musulmana) y, mucho menos anteriores.



¿Por qué? Pues, sencillamente, porque, si en alguna de aquellas épocas podíamos suponer con cierta seguridad algún esplendor a esta parte del Valle del Ebro, es en la de la Taifa de Saraqusta (1018-1110). Ya teníamos bastante con defender que Tauste era algo tan importante en el siglo XI como para llevar a cabo la construcción del fabuloso alminar que hoy conocemos.



De modo que nuestro arqueólogo Guti recogió tres huesicos de sendos esqueletos allí encontrados (tumbas 1, 2 y 3) y los envió al Laboratorio de Geocronología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid, para que les pusieran fecha mediante el método del Carbono-14.



Cuál es nuestra sorpresa al encontrarnos con que esa gente allí enterrada no es del siglo XI (como hubiera sido lo normal, bajo la hipótesis más modesta contemplada por nosotros), sino anterior.



Vayamos por partes. Recordemos que de aquella fosa de unos 20 m2 de superficie y tan sólo 50 cm de profundidad, casi la mitad se había removido en el siglo XX para realizar una zanja, y que en los 10 m2 restantes aparecieron nada menos que cuatro tumbas y el inicio de una quinta, todas ellas con los restos humanos colocados de perfil, sobre el costado derecho y con la cara mirando hacia La Meca, siguiendo el rito islámico. Según la antropóloga Miriam Pina:



- La tumba nº 1 correspondía a un varón de edad comprendida entre 20 y 35 años.
- La tumba nº 2 a un varón de 30 a 45 años, de una estatura de 1.75 m (muy alto para su época), con síntomas de lesiones artrósicas y osteoporosis en los cuerpos vertebrales.
- La tumba nº 3 era de una mujer y presentaba degeneración en una de las extremidades inferiores; apareció sin uno de los pies, aunque no presentaba indicios de lesión en la tibia que indicara amputación.
- En la tumba nº 4 había un niño de 3 a 5 años y se encontraba muy deteriorado (sólo estaba el cráneo y poco más).






Curiosamente, las dataciones que aporta el método radiocarbónico son más certeras cuanto más antiguos son los restos y, en este caso, los resultados que nos da el CSID (de absoluta validez científica), ordenados de más reciente hacia más antiguo, son los siguientes:




- Tumba 1: entre 890 y 1020. Podemos centrarlo en el siglo X, según el informe del arqueólogo.
- Tumba 3: entre 860 y 990, es decir, entre los siglos IX y X.
- Tumba 2: entre 650 y 780. Naturalmente, la máquina (o lo que sea) que realiza estos ensayos no sabe que la población de esta parte del Valle del Ebro se islamizó a partir del año 714, así es que podemos estrechar la horquilla al periodo comprendido entre 714 y 780.










Imágenes tomadas del informe de Fco. Javier Gutiérrez. Arqueólogo



Los musulmanes habían entrado en España por el Sur allá por 711 y llegaron a estos lugares en 714. El conde Casius (visigodo o hispanorromano), señor de estas tierras, debió salir al encuentro del caudillo Tariq ibn Ziyad para decirle que “vamos a llevarnos bien, yo me someto a vosotros y, a cambio me dejáis en paz con mis tierras y con mis súbditos”, entre los que estarían estos pobres tahustíes, tawustíes, tawassutíes o como se llamaran. Al señor Tariq debió parecerle bien y nuestro Casius se hizo un viajecito hasta Damasco para convertirse vasallo del Califa, que por aquel entonces vivía allí. De modo que, como el señorito se nos ha convertido a la nueva religión, a la chusma no nos queda otro remedio que hacer lo propio. Eso o pagar impuestos para seguir siendo cristiano, y no están los tiempos para bollos. Total para que cuatrocientos años después vinieran otros cristianos a echarles porque no eran cristianos. Menudo sinvivir de religiones y siempre a pagarlo los mismos.


Cuento esto para justificar que siempre intento evitar la expresión “llegada de los musulmanes a nuestras tierras”, porque eso daría la idea equivocada –y siempre erróneamente admitida- de que habrían llegado unos árabes (extranjeros) para colonizar esto, y no fue así. Fueron los propios que aquí vivían los que se islamizaron por las condiciones que les tocó vivir. Por eso hablo de “islamización”, como término correcto.



El caso es que nuestro buen mozo nos da la fecha absoluta más antigua para un individuo enterrado mediante rito islámico en todo Aragón, según el dato proporcionado amablemente por el arqueólogo de la Diputación General de Aragón D. José Ignacio Royo. Ahí es nada.