miércoles, 22 de septiembre de 2010

A VIVIR ARAGÓN

Deseo manifestar desde aquí mi gratitud a Noeli Barceló por haber tenido en cuenta la importancia de nuestra torre (la que ya tiene reconocida más la añadida que merece al reconsiderar su historia) y contar con mi presencia en el programa de Radio Zaragoza “A vivir Aragón”, el pasado sábado, día 18, que fue emitido desde el Centro de Interpretación del Agua de Tauste.

Me impresionó especialmente la tremenda profesionalidad del presentador del programa, Miguel Mena, y, en especial, su gran delicadeza y la eficacia con que supo captar el alma de todo lo que vengo exponiendo aquí, en este blog, desde hace ya más de un año, a pesar de la escasa disponibilidad de tiempo, circunstancia siempre presente a conjugar en estos programas de radio y televisión.

Gracias a ellos y, también, a Enrique Galé, tuvimos la ocasión de lanzar en un programa de tanta difusión apenas una señal, una pista, de lo que es y representa nuestra torre, como arquitectura única, perteneciente a una época de nuestra historia tan apasionante como desconocida.

No se podía decir todo en ese corto espacio. Nos faltó decir que nuestras torres octogonales aragonesas no tomaron el modelo de las catalanas (como alguien ha dicho en alguna ocasión), sino más bien al revés. Tampoco hubo espacio para contar que su estructura no está copiada de los alminares almohades, sino, también al revés, que son éstos los que adoptan las técnicas aquí desarrolladas, llevadas al sur de la Península por gentes procedentes de nuestras tierras, que tuvieron que marchar tras la conquista de Alfonso I, etc.

Pero creo que fue suficiente En octubre se inaugurará en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza una gran exposición sobre el arte mudéjar aragonés, en la que, si sale nuestra torre (recordemos que en el Pabellón de la Diputación de Zaragoza en la Expo no le dedicaron ni un triste lugar) nos volverán a decir que es mudéjar del siglo XIII o XIV, pero la semilla ya está echada y bien abonada con amplios e irrebatibles argumentos.

Ahora sería fabuloso que también a Javier Peña y a José Miguel Pinilla, quienes han fundamentado toda esta movida (casi 30 años de investigación en esta materia, destripando y restaurando edificios zagríes y mudéjares, discípulos y sucesores del ínclito profesor Íñiguez) se les diera la oportunidad de exponer en un medio de semejante difusión todo el contexto del legado zagrí y por qué tenemos un patrimonio andalusí tan rico en una tierra situada tan al norte de Andalucía, en una España donde hablar de ello sólo parece limitarse a la Mezquita de Córdoba, la Giralda de Sevilla, la Alhambra de Granada y poco más, monumentos de los que, por cierto, bien orgullosos nos sentimos todos los españoles.

Me preguntaba un amigo el otro día que “todo esto, ¿para qué?, ¿dónde se supone que termina este empeño?”. Buena pregunta. Intenté explicarle la pena sentida por la destrucción sistemática en los últimos tiempos de nuestra arquitectura popular, de nuestra historia, de nuestro pasado, casi siempre a manos de los propios taustanos, así como la indolencia que rodea todo ello, la falta de aprecio por lo propio y el sentido de inferioridad respecto de lo ajeno, que siempre nos parece más valioso. Eso crea una mayor necesidad de poner en valor lo que nos queda… y en ello estamos.

Quizá vendría bien un proyecto global de promoción turística, que nos sirviera para empezar por nosotros mismos, educarnos y concienciarnos. A veces, es necesario que vengan de fuera a abrirnos los ojos. Yo mismo aprendí a mirar nuestra torre de otra forma gracias a las continuas observaciones de José Miguel Pinilla, mientras construíamos la casa de mis amigos Javier Tajada y Maite Carbonel, desde la que se goza de una vista privilegiada. Con su natural sencillez, José Miguel me descubría cada día algo nuevo acerca de ese “objeto” inerte que todos hemos conocido siempre en ese lugar tan corriente y vulgar. Un día era el detalle de la rotura de las ventanas para colocar las campanas, otro día era el gran tamaño… y así sucesivamente. Al principio, seguía pasando desapercibida, pero, a medida que la obra avanzaba, también crecía en mí una fascinación insospechada por esa gran torre. Gota a gota, me fue contagiando, y empecé a trabajar en ello.

Decía lo de la promoción turística porque, al final, todo esto de la cultura y del romanticismo difícilmente se sostiene si no cuenta con un soporte económico. Estoy seguro de que, bien gestionado, podría suponer, como en otros lugares, un buen motor económico que contribuyera a que Tauste pudiera ser un día un pueblo más cuidado y más digno de ser visitado y conocido, del que poder sentirnos orgullosos, que patrimonio, no sólo arquitectónico, sino también de tipo tradicional, folclórico, cultural, histórico, gastronómico, fluvial, paisajístico, etc., no nos falta. Ahora hay que saber venderlo y, así, contribuir a dejar a nuestros hijos un buen lugar en el que vivir, sin tener que abandonar sus raíces y el lugar de sus ancestros.

No es ninguna tontería.

viernes, 3 de septiembre de 2010

VALORACIÓN ARQUITECTÓNICA COMPARADA DE LA TORRE DE TAUSTE

Tan acostumbrados como estamos a ver nuestra torre en su enclave de siempre, es difícil hacernos idea de hasta qué punto es valiosa si no la comparamos con las demás.

En este artículo, pretendo desarrollar, en la medida de lo posible, las afirmaciones hechas en el anterior sobre las bondades y grandezas de la torre de Tauste mediante su relación con otras torres, en orden de mayor a menor afinidad en cuanto a tipología constructiva.

Reconozco que la exposición que sigue a continuación resulta demasiado extensa, por lo que intentaré realizarla de la forma más asequible y didáctica posible.

Lo haré en base al siguiente orden:

1.- Origen de la planta octógona en las torres aragonesas de ascendencia islámica.
2.- Particularidades de la torre de Tauste.
3.- Torres semejantes.
4.- Otras torres octogonales de ascendencia islámica.
5.- Torres octogonales de ascendencia cristiana.
6.- Conclusiones.

Quiero aclarar que una parte de la información recogida para la redacción de este artículo está tomada del libro “Torres de ascendencia islámica en las comarcas de Calatayud y de Daroca”, de Agustín Sanmiguel Mateo. Asimismo, utilizaré el término “ascendencia islámica” (copiado de Agustín Sanmiguel) para referirme a ellas con la debida prudencia y evitando el conflictivo problema de la cronología: dentro de este calificativo caben tanto las torres construidas como alminares (en época zagrí o en época cristiana) como las construidas también por alarifes moros (incluso cristianos, pero con las técnicas heredadas de aquéllos), ya concebidas directamente para campanarios cristianos.

1.- ORIGEN DE LA PLANTA OCTÓGONA.-

La verdad es que no está muy claro el origen de la planta octogonal en las torres aragonesas de ascendencia islámica. Para encontrar un claro precedente, tendríamos que irnos al ámbito iraní, donde encontramos alminares muy esbeltos de planta circular y, también, algunos de planta octogonal (Miskina, en Siria, y Kirat, en Irán, ambos del siglo XI) construidos en ladrillo y provistos de una decoración en ladrillo resaltado, como los de nuestra tierra.

ALMINAR DE BUJARA. UZBEKISTÁN

Posiblemente, las primeras torres octogonales realizadas en Zagralandalús sean las del conjunto fortificado de Calatayud, las cuales, por ser una arquitectura militar, son hechas con tapial de yeso y carentes de decoración. Cabe pensar en la intención de construir algo parecido a la planta circular, pero como la técnica del tapial se realiza mediante encofrados y éstos se realizan mediante tableros planos, se forma un octógono, como polígono parecido al círculo, lo cual no deja de ser pura especulación.


ALCAZABA DE CALATAYUD

De cualquier forma, resulta evidente la clara ascendencia de la arquitectura persa (materiales empleados y técnicas constructivas), así como el hecho de que las primeras torres octogonales de Zagralandalús y, posiblemente, de toda la Península Ibérica, son las de la alcazaba de Calatayud.

2.- PARTICULARIDADES DE LA TORRE DE TAUSTE.-

Sólo voy a definirlas desde el punto de vista que nos ocupa, para poder establecer una relación con las demás torres octogonales, sin entrar en problemas de tipo cronológico.

La de Tauste es una torre de planta octogonal, de aristas exteriores vivas, construida totalmente exenta en su origen, hasta que fue alcanzada con la construcción de la iglesia de Santa María. Su base es maciza (salvo una primera estancia circular colmatada de enronas) y tiene una decoración resaltada en ladrillo de marcada influencia oriental. Algunos de estos motivos no se repiten fuera de Aragón y, concretamente uno de ellos, es único en todo el mundo occidental (el situado bajo el cuerpo de campanas).
Destaca por su perfección en la ejecución y gran tamaño.

3.- TORRES SEMEJANTES.-

Podemos llamar “torres semejantes” a las que poseen las características generales antes señaladas: planta octogonal, esquinas vivas, base sólida y construcción y decoración en ladrillo. De ellas, encontramos cuatro, que junto con la de Tauste, constituyen un conjunto único y singular, situadas todas ellas a lo largo de un tramo concreto del valle del Ebro. Podríamos denominarlas como las “Cinco Torres Hermanas” (, salvo el número 5, nada tiene que ver con las “Cinco Villas”). Me referiré a ellas en el mismo orden cronológico en que pienso que fueron construidas:

- Alminar de la mezquita aljama de Saraqusta.-

Encerrado y oculto dentro de la torre barroca de la Seo. Sabemos que es octogonal y de mayor tamaño que las otras cuatro, tal y como corresponde al alminar de la mezquita más importante del reino zagrí. Nada sabemos de su decoración exterior, oculta desde el año 1700 tras la obra barroca del arquitecto italiano Contini, pero cabe suponer que su riqueza iría en consonancia con su gran importancia y tamaño. Podemos imaginarla similar a la de Tauste, pero todavía más grande. Probablemente, se trata de la primera torre octogonal de estas características construida en el mundo occidental. Es una pena: está ahí, pero no la podemos ver; sólo su interior, si subimos por la escalera. Podemos conformarnos haciendo un esfuerzo de abstracción, poniéndonos en la plaza de la Seo a contemplar la torre, imaginando que el envoltorio barroco es transparente y adivinando dentro una majestuosa torre octogonal, construida en ladrillo y con paños decorativos en el mismo material (rombos, arcos entrecruzados, esquinillas, lazos, etc.).

- Torre de San Pablo.-

Resulta lógico pensar que fuera construida como alminar, a imagen y semejanza del alminar de la mezquita-aljama. Interiormente se divide en estancias superpuestas de planta circular, cubiertas cada una de ellas mediante cúpula semiesférica. La escalera intramural asciende sin descansillo alguno. La primera decoración vista, salvo alguna franja de esquinillas, no aparece hasta justo debajo de los ventanales del cuerpo de campanas (arcos entrecruzados), lo cual le confiere cierto aspecto de sobriedad. Tiene otra franja de arcos entrecruzados en la parte inferior, pero no es visible sino desde el patio interior de la iglesia. Fue recrecida en el siglo XVI.

- Torre de Tauste.-

De dimensiones similares a la de San Pablo (antes del recrecimiento de ésta), parece una versión “perfeccionada” de la misma. La construcción de un alminar tan imponente a 42 Km. de la capital sólo se justifica por el afán de mostrar la grandeza del reino a quien se adentrara más acá de sus fronteras, como anticipo de lo que esos viajeros podían encontrar en Saraqusta. Su decoración es más abundante y variada que la de San Pablo (por no hablar ya del paño de signos caligráficos de la Tauste) y su ejecución resulta más cuidada en ciertos detalles. Como ejemplo de ello podemos citar, en los ventanales, la correcta resolución del apoyo de los arcos geminados sobre la pilastra central, con ladrillos en ménsula, en contraposición con la tosquedad del mismo detalle en la de San Pablo.


CAMPANARIO DE TAUSTE

CAMPANARIO DE SAN PABLO

Por otra parte, la escalera presenta una secuencia más cómoda de ascenso, alternando, en casi todo su desarrollo, tramo de peldaños con tramo de rellano, en cada una de las caras del octógono, lo que facilita un tránsito mucho más cómodo.

Una de las diferencias más notables respecto a la de San Pablo se encuentra en las estancias interiores, las cuales, en lugar de ser cilíndricas, son octogonales y cubiertas, por tanto, mediante bóvedas esquifadas de ocho paños (como corresponde a su planta) y no por cúpulas semiesféricas.

- Torre de Alagón.-

Esta torre es de proporciones más pequeñas que las anteriores. Sin tener nada que despreciar hacia la profesionalidad de los alarifes que la construyeron, no tiene nada que ver con la finura del trabajo que presentan las anteriores.

- Torre de Pradilla de Ebro.-

De dimensiones más pequeñas todavía, en ésta, el núcleo central, en lugar de estar constituido por estancias superpuestas, es un machón macizo en torno al cual transcurre la escalera.

Que yo sepa, existen tres torres de características similares a estas cinco, aunque fuera del contexto geográfico y cronológico de las mismas:

- La torre de “La Señoría”, en Sabiñán, cuyo cuerpo inferior es un posible alminar mudéjar del siglo XV.

- La del monasterio de Rueda, que recuerda en su parte baja a la de Tauste de manera extraordinaria, aunque de dimensiones más pequeñas. De ésta última, ignoro la configuración constructiva de su arranque y cómo se relaciona con la obra cisterciense que hay bajo ella.

- La torre de Santa María de Torrellas.

Si existe alguna más, agradeceré todas las aportaciones oportunas.

4.- OTRAS TORRES OCTOGONALES DE ASCENDENCIA ISLÁMICA.-

Comenzaré por citar las torres que mayor analogía constructiva mantienen con nuestras “cinco” para seguir con aquéllas cuyas características formales se van alejando ya de las de éstas.

- Alminares en el Magreb.-

No encontramos en el resto de la Península Ibérica torres octogonales de ascendencia islámica, construidas en ladrillo y de planta octogonal. Las más próximas las encontramos ya en Marruecos (alminares de Xaouen, Ouezzan), que no parecen muy antiguas, así como otros alminares de Túnez de moderna influencia otomana, si bien el de Tawzar presenta una decoración en ladrillo muy parecida a la de las torres aragonesas.

ALMINAR DE XAOUEN. MARRUECOS

- Torres octogonales con contrafuertes en las esquinas.-

Las más importantes son las de San Andrés y Santa María, en Calatayud. Se trata de unas preciosas torres octogonales cuya tipología empieza a alejarse de la de Tauste por cuanto sus esquinas exteriores ya no son vivas, sino dotadas de contrafuertes. Ambas presentan la particularidad de que en su parte inferior son totalmente huecas, existiendo sendas capillas bajo las mismas, a diferencia del apoyo macizo de éstas que nos ocupan. Por otra parte, la de San Andrés, no es exenta desde su origen, ya que comparte muro con la iglesia, lo que demuestra que fue construida simultáneamente al templo primitivo. Evidencias constructivas conducen a pensar que se trate de un alminar y mezquita del siglo XI, según razonan Agustín Sanmiguel y Javier Peña.
De este tipo son también la de Mainar y la de Muniesa.

TORRE DE SAN ANDRÉS. CALATAYUD
- Otras torres octogonales en la Península Ibérica.-

Construidas en ladrillo y de ascendencia islámica, no existen. Es un patrimonio exclusivo e irrepetible de Aragón, en todo el ámbito peninsular.

- Torres mixtas.-

Realmente se trata ya de otra tipología, pues este grupo lo constituyen las numerosas torres cuyo cuerpo inferior es cuadrado y el superior octogonal. Se considera pionera de todas ellas a la de Alfajarín. En Tauste, tenemos la torre de San Antón.

- Torres de planta cuadrada.-

Son las que más se alejan de la tipología formal que aquí consideramos. Es la más abundante, tanto en el mundo cristiano como en el musulmán.

5.- TORRES OCTOGONALES DE ASCENDENCIA CRISTIANA.-

Me refiero a las torres góticas levantinas de planta octogonal. Se ha dado en decir que éstas sirvieron de inspiración para las torres octogonales aragonesas, pero, hace ya bastantes años, figuras como Francisco Íñiguez o Torres Balbás, así como posteriormente el profesor Isidro Bango, invertían el argumento. Naturalmente, las torres aragonesas son anteriores a las catalanas y, en todo caso, son éstas las que se inspiraron en aquéllas, aunque tan sólo en la forma octogonal exterior, que no en su estructura.

6.- CONCLUSIONES.-

Ya hemos visto que no se producen torres octogonales en todo Alandalús, fuera de la Marca Superior y que los escasos ejemplos magrebíes parecen bastante modernos. El origen de este tipo de alminar se encuentra, indiscutiblemente, en Oriente, así como la llamada “estructura de contratorre”, la construcción de ladrillo y yeso, las bovedillas enjarjadas, el arco apuntado (posteriormente copiado en el arte gótico), la decoración en ladrillo y cerámica, etc. Algunas de estas características hacen destacar la fuerte personalidad de la arquitectura zagrí respecto de la del resto de Alandalús, así como el hecho importante de que después haya servido de modelo, tanto en el resto de la Península como en el Magreb.

Nos hemos situado en la torre de Tauste y lo que representa en relación con su mundo exterior, desde el más próximo hasta el más lejano. Cuando dice Borrás Gualís, en su libro “Arte Mudéjar Aragonés”, que “(la torre de Tauste)… es uno de los ejemplares más soberbios de Aragón, solamente comparable por las proporciones y prestancia a la torre de San Pablo de Zaragoza”, nuestro querido Miguel Salas apunta con mucho donaire “¡si acaso será al revés: la de San Pablo será la que querrá compararse con la de Tauste!”. No vamos a entrar en si es pasión de taustano o no, pero razón no le falta. Y si, ateniéndonos a la valoración del profesor Borrás, las torres de Tauste y de San Pablo resultan ser los mejores ejemplares de Aragón dentro de su tipología, tenemos que concluir después de todo lo aquí expuesto que, en ese mismo contexto, la nuestra es la más sobresaliente de España y de todo el mundo, al menos, el occidental.
Pero tendremos que empezar por tomar conciencia de ello, en primer lugar, los propios taustanos.