domingo, 3 de marzo de 2013

LOS ALMINARES OCTOGONALES DEL ÁREA DE SARAQUSTA

He estado componiendo este dibujo comparativo de los cuatro alminares octogonales del área de Saraqusta y creo que procede explicarlo.


Se trata de un conjunto único, pues torres octogonales construidas en ladrillo, en todo el mundo occidental, sólo hay en Aragón y alguna en el Magreb, pero éstas son bastante más modernas e inspiradas en las de aquí (seguramente construidas por moriscos aragoneses, tras la expulsión de 1610).

En este caso, se trata de cuatro torres que tienen la particularidad de que sus esquinas presentan aristas vivas, a diferencia de otras (como las de Calatayud, por ejemplo), que las tienen con contrafuertes.

Las cotas de altura que se ven en el dibujo son aproximadas y se refieren a la altura que tuvieron los alminares de la mezquita-aljama de Saraqusta y San Pablo en su estado original, así como la que tienen los de San Pedro de Alagón y Santa María de Tauste. Éstos se encuentran en un estado más puro mientras el de la mezquita-aljama está oculto dentro de la torre de la Seo y el de San Pablo se encuentra recrecido por una actuación que sufrió en el siglo XVI.

Acompaño también esta imagen, tomada de Google Earth, para que puedan hacerse idea de su situación, allá por el siglo XI. Ya conocen el paisaje: el valle del Ebro, un gran desierto surcado por unos oasis lineales a lo largo de los ríos que lo atraviesan (como ahora). Saraqusta, la capital, situada en la encrucijada que forman los ríos Ebro, Gállego y Huerva, con el gran alminar de la mezquita-aljama (situada donde ahora está la catedral de la Seo) y el otro alminar octogonal –la actual torre de San Pablo-. Aguas arriba del Ebro, a una jornada de camino (cuatro leguas) y en la encrucijada con el río Jalón, se encuentra Alagón. Y otra jornada más arriba -siempre hacia el noroeste- y cerca del río Arba, Tauste.


Comenzaremos con el alminar principal: el de la mezquita-aljama o Mezquita del Viernes de Saraqusta. Ahora lo que vemos es esto, es decir, la torre barroca construida hacia 1700. Pero dentro está el alminar octogonal, tal y como se ve en el primer dibujo (digo “está”, porque sigue estando dentro de la torre cuadrada; sólo recubrieron la torre octogonal para convertirla en cuadrada). Lo que hoy conocemos es esto:


Visto el conjunto desde el lateral, en la actualidad se ve así:


Dibujo de Javier Peña

Pero en el siglo XI era, más o menos, de esta manera :

Dibujo de Javier Peña

La vista frontal, es decir, el conjunto de la mezquita con su alminar, si la pudiéramos ver desde la actual plaza de la Seo, la representó Íñiguez según el dibujo que vemos a continuación (tiene mucho mérito porque se trata de un dibujo a mano alzada):



Dibujo de Francisco Íñiguez

Miren qué aspecto más “taustano” tiene. ¿Se imaginan poder despojar ahora la torre de su envoltorio cuadrado y que apareciera ante sus ojos una torre tan parecida a la de Tauste?

Este alminar octogonal vino a sustituir a otro más pequeño, de planta cuadrada, cuya impronta apareció en un muro adosado. A partir de dicha impronta pudo reproducirse el viejo alminar, que era así:


Seguiremos por la torre de San Pablo, alminar situado extramuros de lo que fue la medina musulmana, entre la Puerta del Castillo (báb al-Qala’ath) y la Aljafería. En época islámica, según se deduce de los hallazgos arqueológicos, se ubicaban en esta zona el cementerio occidental de la ciudad y el barrio de los alfareros.


Como decíamos antes, a una jornada de camino aguas arriba del Ebro, se encuentra Alagón con su alminar:


Y, en otra jornada más, llegamos a Tauste:



Cronológicamente, el orden de construcción de estos alminares tan singulares tuvo que ser el siguiente:

Está claro que el de San Pablo fue el primero en levantarse, pues presenta una construcción más arcaica, mucho más maciza interiormente. Le sigue a continuación el de Tauste, con una elaboración más perfeccionada en todos los aspectos. Poco después –o casi a la vez- construirían el de Alagón, más modesto que los anteriores, y, finalmente, el gran alminar de la Mezquita del Viernes, donde ya se aprecia una construcción más evolucionada, mucho más próxima a lo que después derivaría en “estructura de alminar almohade”, es decir, dos torres concéntricas por entre las cuales circula la escalera, a diferencia de los anteriores, en los que la escalera es un hueco helicoidal, con el suelo y el techo escalonados, dentro de un muro macizo de gran espesor.