viernes, 11 de febrero de 2011

TOPONIMIA CINCOVILLESA

Hay noticias que ilusionan, otras que desazonan y otras que ambas cosas a la vez. Ésta última es la sensación que me ha causado un artículo que aparece en la página 3 de “La Crónica Cinco Villas” (nº 125, correspondiente a enero de 2011).

Se trata de la publicación de un libro titulado “Toponimia de las Cinco Villas de Aragón”, presentado en Ejea el pasado 7 de enero en Ejea de los Caballeros, el cual, aun sin conocerlo, intuyo que será indudablemente una gran obra, viniendo de su autor (Marcelino Cortés) y del tiempo de trabajo y dedicación que hay detrás de todo ello.

¿Por qué desazón?. Como taustano que soy, voy a tratar de explicarlo.

Se trata de una colección muy interesante sobre la toponimia de las Cinco Villas, realizada con mucho rigor por su autor, el ejeano Marcelino Cortés Valenciano. Comenzó por “La Toponimia de Ejea de los Caballeros”, editada en 2004 por el Centro de Estudios de las Cinco Villas, perteneciente a la Institución “Fernando el Católico”. Hasta ahí, muy bien, todo perfecto. Pero, qué casualidad, cuando en 2008 el mismo autor saca “La Toponimia de la Villa de Tauste”, parece ser que no hay posibilidad de ser financiada la edición por la misma entidad y, si se quiere que vea la luz, tiene que ser editada por la Asociación Cultural “El Patiaz” y patrocinada por la Fundación Bartibás Herrero, ambas de Tauste. Es más, a pesar de varios intentos para concertar una entrevista con los responsables y el envío de correspondencia certificada, nunca se obtuvo una respuesta para que el libro formase parte de una colección homogénea y ampliable.

Ahora, por lo visto, vuelve a haber fondos para este nuevo libro, de lo cual tenemos que congratularnos todos. El artículo en cuestión anuncia futuros trabajos sobre la toponimia en Sádaba, Uncastillo y Sos. Posiblemente para ellos habrá fondos (¿para todos?, ojalá, el tiempo lo dirá), pero “¡qué casualidad!”, para el de Tauste no los hubo. Por cierto, el artículo recuerda el origen que el autor del libro atribuye al nombre de Tauste, Tobustum, de la piedra toba calcárea, que “tanto abunda en nuestro territorio”, según dice. Precisamente, recuerdo con admiración todo el libro, salvo, precisamente, esa puntualización, pues, como conocedor de materiales por mi profesión, puedo asegurar que en todo el término de Tauste no existe ese mineral. Lo confunde con los algezones o piedras de yeso (incluso acompaña una fotografía de la muralla islámica de Tauste, construida con algezones), que sí son característicos de nuestro territorio, pero que para nada son de naturaleza calcárea (se trata de sulfato cálcico en forma de alabastro) ni presentan oquedades como las tobas.

Pero dejando aparte ese detalle y volviendo a la actitud del Centro de Estudios de las Cinco Villas para con nuestro pueblo, seríamos ingenuos y olvidadizos si pensáramos que se trata de un hecho aislado.

No puedo evitar acordarme de lo que sucedió con nuestro Auto Sacramental.”La Sagrada Aurora en Tauste”. Se trata de una obra literaria del siglo XVIII que tiene gran valor, no tanto por sí misma como por pertenecer a un género escasísimo en su época en toda España, y, mira tú por dónde, justamente se refiere a Tauste. Fue recuperada por Enrique Galé Casajús, cuyo trabajo mereció el premio “Isidoro Gil de Jaz” del Centro de Estudios de las Cinco Villas, y, por tanto, lógicamente, debía ser editado y publicado. De eso hace ya unos pocos años y todavía no ha visto la luz. Allí está, lamentablemente, como secuestrado, durmiendo el sueño de los justos. Claro, tampoco hay dinero para ello, pero sí para otras publicaciones referentes a otras poblaciones de nuestra comarca (y no voy a nombrarlas, que a buen entendedor…).

¿Con qué criterios se decide en qué se gasta el dinero este Centro de Estudios y quién dicta estos criterios?.

Luego, si ocurre, aún dirán que en Tauste nos gusta ir de víctimas, pero, oye, vamos a decirlo, ¿a alguien le cabe en la cabeza que si el título hubiera sido "La Sagrada Aurora en Ejea de los Caballeros" ese libro no estaría editado y publicado por el propio Centro de Estudios de Las Cinco Villas desde hace ya bastante tiempo?.

Quizá sería consecuente replantearse el nombre y cambiarlo por el de Centro de Estudios "Ejeanos". Quedaría más acorde con la realidad, ellos seguirían teniendo lo mismo y a los demás les permitiría cierta libertad de acción que, de esta forma, no tienen, aunque tuvieran que buscarse la vida por donde fuera. Vamos, como la situación actual, pero sin perro del hortelano.