martes, 8 de abril de 2014

VIAJE A IRÁN (VI)

Salimos de la Universidad de Teherán muy satisfechos tanto por la buena acogida que nos habían dispensado como por la riqueza que aquel intercambio había supuesto para nosotros. Ya en el exterior, Javier no pudo resistir la tentación de fotografiar a dos chicas estudiantes de arquitectura con las que se cruzó en la escalinata (seguramente pensó en los muchos años ya transcurridos desde que él también era estudiante de la misma carrera) y lo “cacé” con esta instantánea. Como diría después nuestro compañero de viaje Hassan, “el cazador cazado”.

CHICAS ESTUDIANTES DE ARQUITECTURA ENTRANDO EN LA FACULTAD CON ROLLOS DE PLANOS 

 Nos trasladamos en la furgoneta para visitar el Museo y la Librería del Parlamento Iraní. Resulta muy curiosa la visita al Museo, con réplicas de personajes realizadas en cera (varios imanes, entre ellos Jomeini), fotografías de personajes de la historia reciente del país, exposición de objetos, etc., así como la sala en la que hasta hace unos años se celebraban las asambleas nacionales. De allí pasamos a la Librería, donde nos enseñan diversas dependencias. Virgilio, que fácilmente se entusiasma ante una estantería de libros, con su conocimiento de la lengua árabe, encuentra en uno de ellos una noticia de Saraqusta del año 1494. Pone de relieve la singularidad de semejante hallazgo, por tratarse de una fecha tan posterior a la conquista cristiana. Se trata de una referencia a un libro escrito en el siglo XI por un tal Abū Muhammad ibn Muhammad ibn Ahmad al-Tawsī (mosquea el sobrenombre, pues Tauste bien pudo ser Tawst, algo a investigar por los entendidos en la materia).
Por fin nos recibe el presidente del Museo y Librería, Dr. Mohammad Rajabí. Es un hombre afable que destaca por su gran sentido de la hospitalidad. Según palabras de Raúl, “conoce sus dotes y sabe que en tres días se puede contrarrestar la mala imagen adquirida en 30 años de información manipulada”. Pronuncia un pequeño discurso de bienvenida en el que explica su proyecto de contactar con países occidentales para realizar intercambios culturales.
La mesa para comer está preparada en su propio despacho y nos invita a sentarnos. Mientras nos sirven y comemos, nos cuenta que ha invitado al embajador de España para que le visite en el mismo despacho donde nos encontramos, teniendo fecha ya concertada para ese encuentro. Tiene ya iniciados intercambios culturales con algunos países de Sudamérica y los tiene en proyecto con la Biblioteca del Congreso de los Diputados de España. Según palabras suyas, “el intercambio cultural entre países es fundamental para que, cuando los gobiernos y los diplomáticos fracasan y se alejan, las personas sepan cómo encontrarse, que son mucho más sólidas y duraderas las relaciones culturales entre pueblos que las relaciones políticas”. Nos cuenta que Estados Unidos prohíbe a Europa el comercio del petróleo con Irán mientras ellos, vía indirecta, lo compra a Irán para venderlo a Europa a mayor precio, dejando claro que es Estados Unidos quien dicta la política exterior de Europa. Nos obsequian con algunos libros, nos hacemos la foto de despedida y salimos para Qom.

FOTO DE DESPEDIDA EN LA BIBLIOTECA DEL PARLAMENTO IRANÍ. DE IZQUIERDA A DERECHA: HASSAN, YO, LAILA, VIRGILIO, RAÚL, DR. RAJABÍ, JAVIER, AMMAR Y JOSÉ MIGUEL.
Terminada la comida con la interesante sobremesa, nos trasladamos a Qom. Se trata de una ciudad de algo más de un millón de habitantes, situada a unos 130 Km hacia el sur, también conocida como “el Vaticano del Chiismo”. Nos alojamos en el Hotel Fadak (3 estrellas), que contrasta notablemente con la calidad del que acabamos de dejar en Teherán. No hay muchos hoteles en esta ciudad, donde la mayoría de los visitantes son peregrinos.
La cena es en el comedor situado en la última planta del hotel, con salida a una amplia terraza desde la que hay una vista nocturna espectacular de la ciudad. Desde allí se ve el mausoleo de Fátima adornado con un gran juego de luces, de forma que parece sacado de las Mil y Una Noches.
MAUSOLEO DE FÁTIMA DESDE EL HOTEL FADAK
El debate en la cena resulta de lo más interesante, de nuevo sobre la política española con críticas al sistema e intercambio de información sobre el mundo árabe, de donde resultan conclusiones contradictorias con la información que siempre se nos ha dado. Nos hablan del “wahabismo” como una corriente religiosa extremadamente ortodoxa que tiene su sede principal en Arabia Saudí. La relacionan con al-Qaeda, como gran foco emisor de gente fanática, cuyas acciones son financiadas con dinero saudí, en favor de los intereses del lobby sionista americano en el sentido de desestabilizar la gran región de Oriente Medio. Comenta Raúl la gran mentira de la rebelión del pueblo sirio: entre 100.000 y 150.000 wahabíes entraron en Siria, como rebeldes al régimen, saqueando pueblos enteros indiscriminadamente, matando, robando y violando sin piedad. Relatan hechos tan macabros como el de un secuestro masivo de niños para ser asesinados y trasladados a un lugar que había sido bombardeado por las fuerzas de Bashar al-Asad, con el fin de hacer creer que habían sido víctimas de aquel bombardeo. También el caso curioso de un individuo que habían detectado como sospechoso en un control y, una vez inmovilizado y registrado, resultó llevar un cinturón de explosivos en el cuerpo y un calzoncillo de acero, ya que, en la creencia de que iba a ir directamente al Cielo tras el atentado, no podía permitir que se le estropearan los genitales y privarse así del goce eterno con las huríes que allí le esperaban. El interés en desestabilizar Siria se basa en que es un lugar de paso estratégico para el apoyo a Palestina.
Tras la cena, damos un paseo hasta llegar al Mausoleo de Fátima. Se ven muchos clérigos por la calle y mujeres religiosas, vestidas con el chador negro. Entre los clérigos se aprecia que unos llevan turbante de color blanco y otros de color negro. Nos cuentan que el negro sólo lo llevan los que son descendientes del Profeta. El ambiente es mucho más recatado que en Teherán. Gracias a la compañía de Raúl/Yafar y a sus amistades en esta ciudad (él cursó estudios aquí durante varios años, hasta obtener el título de “hoyatoleslam” (rango inferior a “ayatolá”, aunque va vestido de occidental) podemos penetrar en el interior del mausoleo. Es impresionante, sobre todo de noche. Aunque ya son las 11 de la noche, hay mucha gente rezando, los hombres separados de la mujeres (con Laila tenemos que quedar en un sitio concreto para volver a reunirnos). Fátima era la hermana del Octavo Imán y este lugar es el más sagrado de Qom y el segundo de todo Irán. En el complejo destacan bellas cúpulas cubiertas con cerámica y algunos alminares, todos ellos decorados con una rica variedad de azulejos esmaltados, así como un gran patio con una hermosa fuente. Regresamos andando al hotel.

9 de febrero. Qom y traslado a Isfahán…
Por la mañana visitamos la casa donde vivió Jomeini durante 18 años, en la mitad del siglo XX. A continuación, se nos ofrece la posibilidad de ver la madrasa adjunta al Mausoleo de Fátima. No es visitable, pero nos acompaña un clérigo amigo de Yafar (lleva turbante negro, luego es descendiente de Mahoma). Antes de entrar, hay en la calle un puesto de té gratuito donde cada uno puede coger si le apetece. Todos tomamos un vaso y está buenísimo, con cierto sabor a canela. La visita a la madrasa es muy interesante; se desarrolla en torno a un gran patio, en la planta baja están las aulas y dependencias públicas, y en la planta primera la residencia de estudiantes, donde a cada habitación se accede desde un corredor abierto al patio. Se distinguen aquéllas en las que hay gente porque los zapatos están fuera, delante de la puerta. La construcción se observa bastante deteriorada por el tiempo (sobre todo las carpinterías) y nos comentan que el invierno allí es bastante duro.
Damos una vuelta por el bazar y por el centro de la ciudad hasta que volvemos a reunirnos con Raúl. Es ya cerca del mediodía y él nos comenta que está cansado y que se vuelve al hotel en taxi (padece problemas en las articulaciones de las rodillas). Le comento que le acompaño, no tanto por estar cansado como por tener la posibilidad de conseguir algunas monedas de recuerdo para alguien muy allegado (allí sólo se usan billetes y es difícil conseguir monedas incluso en los bancos; más fácil en los taxis). Javier también se viene con nosotros. Pago el taxi y consigo una moneda de 2.000 riales y otra de 1.000 riales.

ANTE LA CASA DEL IMÁN JOMEINI EN QOM

COMIDA EN EL HOTEL FADAK

Comemos todos juntos en el hotel y nos acompañan el clérigo amigo de Raúl y un arquitecto que es profesor de la Universidad de Qom. Desalojamos las habitaciones y a las 15:00 nos trasladan a la sede de la Fundación para la Investigación y la Cultura Islámica, con el fin de dar allí una conferencia. Al bajar de la furgoneta me doy cuenta de que me faltan las gafas. No es que me resulten totalmente imprescindibles, pero las necesitaré para conducir cuando volvamos a España, desde Madrid hasta Zaragoza, y luego de Zaragoza a Tauste, sobre todo porque será de noche. Caminando hacia la Fundación se lo comento a Raúl y, ante la posibilidad de que se hayan quedado en la habitación del hotel, éste le da instrucciones a Afshín para que llame a la recepción del mismo y que las busquen. La conferencia es en torno a una mesa redonda, en una sala muy moderna y bien equipada tecnológicamente, ante un auditorio compuesto por clérigos en su totalidad. También hay una cámara de TV que graba toda la sesión. Nos presenta un personaje de la Fundación y a continuación otro entona un rezo que dura unos cuantos minutos. Comenzamos nosotros la exposición, que pretende ser el mismo contenido que en la del día anterior –en Teherán-, pero con la advertencia por parte de Raúl de que abreviemos porque vamos mal de tiempo (de allí, tenemos que salir para Isfahán).


CONFERENCIA EN LA FUNDACIÓN PARA LA INVESTIGACIÓN Y LA CULTURA ISLÁMICA DE QOM

Javier hace la introducción y me pasa la palabra. Inicio mi intervención explicando el paño de escritura de la torre de Tauste cuando el arquitecto que nos ha acompañado en la comida (está sentado junto a nosotros en la misma mesa redonda), me interrumpe para exponer una opinión en la que divaga y se alarga excesivamente, sin expresar nada concreto. José Miguel hace una síntesis final y damos por concluida nuestra conferencia para dar paso a la de Virgilio Martínez. Esta vez, Virgilio habla sobre diferentes aspectos de la sociedad andalusí (población, monedas, etc.). Termina el acto de una manera fría, de la que recuerdo el comentario que me hace Virgilio: “mira que he dado conferencias en mi vida, pero nunca me había pasado esto; ni un triste aplauso, ni un gesto de compresión...”.
Al salir, nos obsequian con zumos y frutas. Afshín me comenta que le han dicho en el hotel que allí no están mis gafas. En ese momento, me doy cuenta de que no llevo el pasaporte y recuerdo que nos lo habían pedido la noche anterior al llegar al hotel. Pregunto a los demás si ellos lo llevan y caemos en la cuenta de que todos se han quedado allí. No queda otro remedio que volver al hotel antes de meternos en la autopista hacia Isfahán. Me alegro por la posibilidad de insistir en el hotel sobre mis gafas, ante la duda de si habrán hecho caso del requerimiento de Afshín. Cuando llegamos ante la puerta, acompaño a éste a la recepción y volvemos a preguntar. Un empleado nos atiende amablemente y sube a la habitación para revisar de nuevo (yo no puedo acompañarle porque ya está ocupada por otros clientes). Cuando baja confirma que no están. Recogemos los pasaportes y marchamos hacia Isfahán. Durante el viaje voy repasando el día y llego a la conclusión de que las gafas las he dejado en el taxi, porque me las he quitado para buscar el dinero para pagar y recuerdo que las he metido en la funda, pero no de haberla recogido, por lo que lo más probable es que se haya quedado sobre el asiento. Las doy definitivamente por perdidas.
Llegamos a Isfahán, una ciudad de 1.600.000 habitantes a unos 240 Km al sur de Qom. Son ya las 9:30 de la noche. Hotel Kowsar, 5 estrellas, de calidad similar al de Teherán. También resulta complicado conectar con el wifi. Nos dicen en recepción que sólo es posible después de dos horas de haberlo solicitado. El hotel se encuentra cerca del puente Sio Seh, que cruza el río Zayandeh, en la orilla sur de este río. A lo largo del curso del mismo, que cruza la ciudad de oeste a este, existen más de 10 puentes. El río se seca durante largas temporadas, y ésta es una de ellas.
Desde la habitación se ofrece una vista espectacular del cauce seco y pedregoso del río, y del puente Sio Seh. Después de cenar, salimos a dar una vuelta Virgilio, Javier, José Miguel y yo, decididos a atravesar el puente andando, que es peatonal. Resulta grandioso y bello, todo él construido en ladrillo sobre una base de sillares de piedra y con unos contrafuertes semicirculares, también de piedra, en los extremos. Sirve de prolongación en la avenida Chahar Bagh. Tiene dos niveles; el inferior está resuelto con una sucesión de 33 arcos de tipología persa por entre los cuales pasa el agua (cuando baja, claro). La base del puente sirve de represa para regular el caudal del río y desviar las aguas sobrantes hacia canales laterales que servían para el regadío. Su longitud es de unos 300 metros y la anchura 14 m. En el nivel superior existe una hilera de arcos a cada lado, dejando una calzada central, que ahora es peatonal. Visto el puente en alzado, cada dos arcos del nivel superior se corresponden en vertical con uno del inferior, más otro arco idéntico en el superior que coincide sobre la pilastra de apoyo entre arco y arco del inferior. El conjunto presenta una gran armonía y equilibrio. Es obra del arquitecto Allahverdi Khan y fue construido hacia 1602 por orden del monarca safaví Abbas I.

VISTA NOCTURNA DEL PUENTE SIO SEH

Pasado el puente, Javier decide volver al hotel (él ya estuvo en esta ciudad hace 10 años) y nosotros no podemos resistir la tentación de seguir caminando, a pesar de la hora tardía que es, impacientes porque sabemos que sólo vamos a poder disfrutar de esta ciudad el día siguiente, cuando harían falta al menos tres días para conocerla medianamente. Continuamos por la avenida Chahar Bagh hacia el norte, con la intención de aproximarnos a la plaza Naghs-e Jahan, pero no la llegamos a encontrar porque el plano que llevamos del hotel es muy confuso (en él aparece con el nombre de plaza del Imán, detalle que desconocíamos). De todas formas, el paseo nocturno vale la pena: se ve una ciudad tranquila (casi desierta a esas horas de la noche), limpia y bien urbanizada, con grandes zonas verdes. Salvando las distancias, recuerda a Sevilla.

(Continuará)


1 comentario:

Rockberto dijo...

Bien, pues nada, a esperar. A ver dónde tiene a bien llevarnos vuesa merced, tras la Sevilla iraní.