Seguro que muchos ya os habréis dado cuenta de que nos han puesto un cartel informativo a la entrada del pueblo, justo enfrente del polideportivo. No me he fijado en si es el único o si hay alguno más en alguna otra entrada.
En general, está muy bien. Particularmente, me parece muy bien compuesto, sobre todo el plano, con la ubicación de todos los puntos de interés.
Ya era hora de que se pusiera una información turística para el visitante que venga a Tauste. Por supuesto que cabrían críticas sobre si es mejorable o no, su ubicación, etc. Quizá pasa algo desapercibido para quien no sepa que el cartel está ahí, pero todo es discutible y no es cuestión de estar poniendo siempre una piedrica en cada agujerico, que no deja de ser de agradecer que haya personas que se preocupen por estas cosas.
Me llama la atención de manera especial la alusión a la Iglesia de Santa María, que, por cierto, la pone muy bien: “hito del mudéjar aragonés, declarada Patrimonio de la Humanidad”. Omite la torre; entiendo que se supone que bajo el apelativo de “Iglesia de Santa María” se engloba al conjunto de los dos edificios, es decir, torre e iglesia. Esta costumbre viene, lógicamente, del concepto de que torre e iglesia pertenecen a una unidad creativa, algo que venimos demostrando que no corresponde con la realidad constructiva, ya que la torre es bastante anterior al templo.
Sin embargo, casi tengo que alegrarme por dicha omisión. Soy consciente de que, hoy por hoy, todavía hubiera sido difícil (o cuando menos, problemático) conseguir que hubieran puesto a continuación de lo de la Iglesia de Santa María algo así como “… y torre-campanario, antes alminar-atalaya, construido en el siglo XI”. Por otro lado, me habría parecido peor que hubieran puesto lo que hubiera sido de esperar: “… y torre mudéjar, todo ello construido en el siglo XIII”.
Así, por lo menos, aunque no haya sido una omisión intencionada, sino basada en el principio de unidad antes explicado, algún día podremos explicarlo como un olvido y contar, donde proceda, que tenemos un alminar andalusí del siglo XI, de clara influencia oriental, que junto con otros por ahí existentes, constituye el precedente de algo tan rico como el arte mudéjar y que es, junto con el de San Pablo, el mejor exponente de toda la Península, dentro de su tipología.
Nos callaremos, porque somos así de modestos y para que no nos tachen de presuntuosos, que ello equivale a afirmar que es, dentro de esa tipología, la mejor torre del mundo, porque:
1º.- Nadie puede discutir que es más bonita y perfecta que la de San Pablo.
2º.- Otras torres octogonales con esa estructura y esquinas vivas (sin molduras ni contrafuertes) en el mundo sólo podemos encontrar en el Magreb (muy pocas, mucho más modernas y más humildes) y en Oriente Medio, pero no tan elaboradas.
Algún día entraremos en señalar y describir algunas de esas torres, para demostrar que lo dicho aquí no es ninguna tontería.
3 comentarios:
...Aquí me quedo pues,esperando.
Ana.
A lo mejor Zagrí te discute lo de la de San Pablo, pero yo estoy de acuerdo contigo.
Zagrí tiene una perspicacia envidiable y suele ser muy objetivo, pero con San Pablo... No vamos a contar aquí en qué consistía ese tierno vínculo afectivo que le unía de pequeño con esa torre, ¿verdad?.
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