domingo, 14 de febrero de 2010

¿CÓMO ERA LA MEZQUITA DE TAHUST?


Habituados, como estamos, a contemplar la torre de Santa María como algo inseparable de la Iglesia Parroquial, no podemos evitar la tentación de preguntarnos cómo pudo ser el otro conjunto anterior al que, con toda probabilidad, perteneció. La verdad es que no resulta fácil imaginársela junto a otro edificio distinto de la iglesia actual, formando otro conjunto arquitectónico también armonioso. Naturalmente, me estoy refiriendo a la mezquita.

Efectivamente, cuando los cristianos tomaron Tahust a principios del siglo XII (posiblemente en 1121, tres años después que Zaragoza y once después que Ejea), aquí encontrarían una hermosa mezquita con su alminar, todo ello construido en ladrillo. La mezquita se reaprovecharía como templo cristiano, bajo la advocación de la Virgen María, y el gran alminar como campanario. Transcurrido más de un siglo, en el que la mayor actividad constructora se llevó a cabo en la realización de la iglesia de San Miguel (San Antón), decidieron que la “iglesia” de Santa María se les quedaba oscura y baja de techos, por lo que decidieron derribarla y construir la iglesia que hoy conocemos, pero siempre manteniendo la imponente torre.

¿Cómo sería aquella mezquita?. La verdad es que, salvo algún hallazgo de capitel de alabastro ricamente labrado, no tenemos datos. Los restos arqueológicos que hubiera bajo el suelo de la iglesia nos hubieran podido servir para reconstruir virtualmente la mezquita de Tahust, pero fueron destruidos en la reforma de los años 60 del siglo pasado. Era yo muy pequeño y aún guardo en la retina la imagen impactante de los tractores labrando el suelo de la iglesia con sus aperos agrícolas.

Sólo nos queda hacernos una idea aproximada a partir del conocimiento que hoy tenemos de lo que es una mezquita.

Para empezar, estableceremos la diferencia espacial entre una iglesia y una mezquita. En las iglesias cristianas medievales, el ábside se orienta hacia el Este, es decir, hacia el sol naciente. Los fieles rezan mirando hacia un punto determinado, que es donde se encuentra el sacerdote, es decir, el altar donde se celebra el Santo Sacrificio. Ello origina la creación de unas naves alargadas, con unos techos altos que buscan la espiritualidad del espacio. Sin embargo, en la religión islámica, esto se concibe de otra manera. Los fieles no miran a un punto concreto, pues su relación con Dios no se produce a través de un oficiante, sino de forma directa. Dirigen su oración en dirección a La Meca (dirección Sureste). Por ello, el muro más importante del oratorio es el llamado muro de la qibla, que es el que determina esa dirección. En éste, se abre un nicho llamado “mihrab” que simboliza la Puerta del Paraíso. No hay imágenes a las que adorar. Pero, insisto, las miradas de los fieles no van dirigidas hacia ese nicho, sino que cada uno de ellos mira frontalmente hacia la qibla. Esto ocasiona la creación de templos con planta de salón, es decir, no longitudinales como las naves de las iglesias cristianas, sino más bien cuadrados o incluso predominando la dirección de la anchura respecto de la profundidad. Aquí lo que importa es la cabida de la mayor gente posible alineada en hileras paralelas a la qibla. La altura, al contrario que en los templos cristianos, no importa, pues la grandeza, la sensación de infinitud, se proyecta, no hacia arriba, sino hacia el horizonte, mucho más allá del muro de la qibla, donde se encuentra la Kaaba, la mezquita sagrada de La Meca.


Así pues, en Tahust podemos imaginar una construcción de menor altura que la actual iglesia, pero de mayor anchura. Debió tener unas dimensiones considerables, dado el gran tamaño del alminar, para dar cabida a toda la población en la oración de mediodía de los viernes que acudía a la llamada del muecín. Normalmente, en todas las mezquitas de cierta importancia existe, previamente a la entrada de la sala de oración, un patio descubierto o “sahn”, donde suele estar la fuente de abluciones, en la que los fieles realizan un ritual de lavado como acto de purificación antes de entrar a rezar. En Tauste, bajo la plaza del Dance y junto a la capilla de la Virgen de Sancho Abarca, se conserva un algibe subterráneo excavado en la roca, con el techo abovedado en forma ojival, que bien pudo ser el que servía para el abastecimiento de dicha fuente.

Respecto al alminar, era habitual que éste fuera exento, separado de la sala de oración, y, en todo caso, recogido por el cerramiento del sahn.

Partiendo, pues, de estas premisas, realicé estos dibujos esquemáticos que aquí expongo, con la advertencia de que sólo es la recreación de una de muchas posibilidades:

- El tamaño está planteado a partir de la planta que ahora ocupan los dos primeros tramos de la iglesia.

- La geometría de la cubierta pudo ser así o bien un tejado a dos aguas, tres naves paralelas, etc.

- El cerramiento del shan pudo llevar ese trazado o cualquier otro y estar compuesto de un único muro o ser un cerramiento porticado, a modo de claustro. De cualquier forma, salvo el misterioso origen de ese algibe, no tenemos ninguna pista de ello.

- El mihrab podía se una hornacina, si el muro de la qibla era de gran espesor, o sobresalir hacia el exterior, como aquí se representa. Solía estar profusamente decorado. La imagen que aquí se acompaña corresponde al de la mezquita de Córdoba. El del oratorio de la Aljafería (mucho más cercano a nosotros) es muy parecido.




He preferido dejar el dibujos así de esquemático para que cada uno imagine libremente. La decoración del alminar, ya la conocemos todos. En cuanto a la mezquita, imaginemos una cubierta de teja árabe y unos muros de ladrillo con arcos apuntados y alguna decoración como las de la torre. Las flechas indican la posible situación de las puertas de entrada.

En la actualidad, la vista más habitual y la gran mayoría de las fotografías que se divulgan de la iglesia con la torre se hacen desde la plaza de Santa María, pero pensemos que antes no sería así, pues la vista cotidiana sería desde la parte de la medina (actual Barrio Nuevo). Por ese motivo, he realizado la perspectiva desde ese ángulo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Joooo!!! pero cómo y cuando os meteis en esos sitios? yo también quiero ir,no tenía ni idea de esto : bajo la plaza del Dance y junto a la capilla de la Virgen de Sancho Abarca, se conserva un algibe subterráneo excavado en la roca, con el techo abovedado en forma ojival,que pasada...

Que rabia me da pasar mi vida ( encima se de buena tinta que no tengo otra)encerrada en 8 paredes cuatro de "aqui" y cuatro de mi casa,asi no hay quien aprenda ni se entere de nada de las cosas que a una servidora le gustaría ver con sus ojos,admirar cosas y sitios que antepasados han visto igual que yo puedo hacer en mi tiempo, es para mi algo que no se describir,muchos ratos perdidos con mis ojos clavados a la torre ha sido referencia (la torre) de pensamientos dirigidos a mis seres queridos que ya no estan ,imaginando que ellos algun día veían lo que veo yo hoy y es genial esa experiencia medio mística que me monto.

Qué puedo decir del relato de hoy? que me ha entusiasmado y agradecer una vez mas y las que hagan falta que la sapiencia de unos nos la muestren a otros que no tenemos ocasión ni oportunidad de tener.
Saludos.
Ana.