domingo, 3 de julio de 2011

TENEMOS EN TAUSTE LA TUMBA ISLÁMICA MÁS ANTIGUA DE ARAGÓN (1)

El pasado 29 de octubre colgué un artículo en este mismo blog en el que informaba del importante hallazgo de la necrópolis musulmana de Tauste.



Voy a confesar una cosa: dentro del abanico de fechas probables que adelantaba para este cementerio (entre los siglos VIII y XII), siempre pensé que pertenecerían al siglo XI. Ya era mucho logro para Tauste y para la Asociación El Patiaz haber descubierto un cementerio islámico donde se pensaba que simplemente se trataba de unos enterramientos de finales del siglo XIX, consecuencia de una epidemia de cólera, como para suponer cosas tan fantásticas como que fueran posteriores a la conquista cristiana (según la historiografía, no quedó población musulmana) y, mucho menos anteriores.



¿Por qué? Pues, sencillamente, porque, si en alguna de aquellas épocas podíamos suponer con cierta seguridad algún esplendor a esta parte del Valle del Ebro, es en la de la Taifa de Saraqusta (1018-1110). Ya teníamos bastante con defender que Tauste era algo tan importante en el siglo XI como para llevar a cabo la construcción del fabuloso alminar que hoy conocemos.



De modo que nuestro arqueólogo Guti recogió tres huesicos de sendos esqueletos allí encontrados (tumbas 1, 2 y 3) y los envió al Laboratorio de Geocronología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid, para que les pusieran fecha mediante el método del Carbono-14.



Cuál es nuestra sorpresa al encontrarnos con que esa gente allí enterrada no es del siglo XI (como hubiera sido lo normal, bajo la hipótesis más modesta contemplada por nosotros), sino anterior.



Vayamos por partes. Recordemos que de aquella fosa de unos 20 m2 de superficie y tan sólo 50 cm de profundidad, casi la mitad se había removido en el siglo XX para realizar una zanja, y que en los 10 m2 restantes aparecieron nada menos que cuatro tumbas y el inicio de una quinta, todas ellas con los restos humanos colocados de perfil, sobre el costado derecho y con la cara mirando hacia La Meca, siguiendo el rito islámico. Según la antropóloga Miriam Pina:



- La tumba nº 1 correspondía a un varón de edad comprendida entre 20 y 35 años.
- La tumba nº 2 a un varón de 30 a 45 años, de una estatura de 1.75 m (muy alto para su época), con síntomas de lesiones artrósicas y osteoporosis en los cuerpos vertebrales.
- La tumba nº 3 era de una mujer y presentaba degeneración en una de las extremidades inferiores; apareció sin uno de los pies, aunque no presentaba indicios de lesión en la tibia que indicara amputación.
- En la tumba nº 4 había un niño de 3 a 5 años y se encontraba muy deteriorado (sólo estaba el cráneo y poco más).






Curiosamente, las dataciones que aporta el método radiocarbónico son más certeras cuanto más antiguos son los restos y, en este caso, los resultados que nos da el CSID (de absoluta validez científica), ordenados de más reciente hacia más antiguo, son los siguientes:




- Tumba 1: entre 890 y 1020. Podemos centrarlo en el siglo X, según el informe del arqueólogo.
- Tumba 3: entre 860 y 990, es decir, entre los siglos IX y X.
- Tumba 2: entre 650 y 780. Naturalmente, la máquina (o lo que sea) que realiza estos ensayos no sabe que la población de esta parte del Valle del Ebro se islamizó a partir del año 714, así es que podemos estrechar la horquilla al periodo comprendido entre 714 y 780.










Imágenes tomadas del informe de Fco. Javier Gutiérrez. Arqueólogo



Los musulmanes habían entrado en España por el Sur allá por 711 y llegaron a estos lugares en 714. El conde Casius (visigodo o hispanorromano), señor de estas tierras, debió salir al encuentro del caudillo Tariq ibn Ziyad para decirle que “vamos a llevarnos bien, yo me someto a vosotros y, a cambio me dejáis en paz con mis tierras y con mis súbditos”, entre los que estarían estos pobres tahustíes, tawustíes, tawassutíes o como se llamaran. Al señor Tariq debió parecerle bien y nuestro Casius se hizo un viajecito hasta Damasco para convertirse vasallo del Califa, que por aquel entonces vivía allí. De modo que, como el señorito se nos ha convertido a la nueva religión, a la chusma no nos queda otro remedio que hacer lo propio. Eso o pagar impuestos para seguir siendo cristiano, y no están los tiempos para bollos. Total para que cuatrocientos años después vinieran otros cristianos a echarles porque no eran cristianos. Menudo sinvivir de religiones y siempre a pagarlo los mismos.


Cuento esto para justificar que siempre intento evitar la expresión “llegada de los musulmanes a nuestras tierras”, porque eso daría la idea equivocada –y siempre erróneamente admitida- de que habrían llegado unos árabes (extranjeros) para colonizar esto, y no fue así. Fueron los propios que aquí vivían los que se islamizaron por las condiciones que les tocó vivir. Por eso hablo de “islamización”, como término correcto.



El caso es que nuestro buen mozo nos da la fecha absoluta más antigua para un individuo enterrado mediante rito islámico en todo Aragón, según el dato proporcionado amablemente por el arqueólogo de la Diputación General de Aragón D. José Ignacio Royo. Ahí es nada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues sin género de dudas es un motivo de interés, de extraordinario interés, para todo aficionado a la historia de Aragón en general y de Tauste en particular así como un buen argumento de emulación local y de sensibilización hacia el patrimonio. Felicidades a Tauste y, sobre todo, al Patiaz.