miércoles, 25 de mayo de 2011

TAUSTE, "LA DE EN MEDIO"


Zagrí ha colgado un comentario en la entrada “Toponimia cincovillesa” de este blog, pero como es una entrada antigua y muchos ya no la verán, me ha parecido oportuno rescatar ese comentario y darle el protagonismo que merece, dado el interés que puede despertar, dedicándole esta entrada exclusiva.

De paso, no me limitaré a “copiar” y “pegar” lo que Zagrí dice en su comentario. A Zagrí hay que conocerle: sus neuronas trabajan a una velocidad superior a la media de los mortales y, a veces (casi siempre), cuesta seguirle, así es que trataré de desarrollarlo de la forma más asequible que pueda.

Aunque lo suyo es la arquitectura, él tiene conocimientos de árabe y hace tiempo que viene insistiéndome en que debe haber alguna línea de investigación para determinar de manera más satisfactoria que en los estudios de toponimia conocidos hasta ahora, el origen de la palabra “Tauste”.

Resalta que, si el topónimo "Tauste" es árabe, tiene que haber un significado coherente, y él lo vislumbra de la forma que sigue a continuación.

Muy probablemente, Tauste existe desde antiguo, pero la primera referencia que tenemos de la villa es de época andalusí-zagrí, a través de documentos cristianos. Se la llama Tahust y Teust. Por tanto, el nombre es de origen árabe o anterior (que, en este caso, sería prerromano).

Suponiendo que el nombre sea árabe, veamos cual pudiera ser su significado. Existe alguna noticia dada por personas de habla árabe acerca del significado de Tauste como “Pavo Real”, es decir, TA’WUS. Sin embargo, hay que desechar esta teoría, ya que esta voz no tiene correspondencia con el resultado final TEUST.

Para su análisis, se detectan al menos 4 consonantes: T, W, S, y T. Buscando en el diccionario de lengua árabe, se encuentra un verbo con la raíz WSST: TAWASSATA, que significa (inter)mediar o “estar en medio”. Conviene advertir que el árabe es un idioma muy reglado, de forma que a partir de la raíz de una palabra se forman verbos, sustantivos adjetivos, formas de género, etc., todos ellos en función del orden de las consonantes radicales, las vocales -que en árabe sólo son tres: “a”, “i”, “u”-, y la adición de prefijos, sufijos e infijos.

En este vocablo, TA es una sílaba previa y las consonantes WSTT son las que componen la raíz y dan el significado a la palabra en cuestión, de forma que podríamos expresarlo de manera parecida a un polinomio, donde las consonantes radicales son las constantes y el resto las variables: "taWaSSaTa". Para seguir adelante en la comprensión de este proceso, podemos sustituir cada una de esas consonantes por la letra K, resultando así "taKaKKaKa".

A partir de este verbo, se produciría la sustantivación mediante una operación denominada “masdar”, en la cual, la forma "taKaKKaKa" derivaría en "taKaKKuK", por lo que del verbo "taWaSSaTa" derivaría el sustantivo "taWaSSuT", que dialectalmente sonaría "Taússt". Su significado sería mediación o EL/LA DE EN MEDIO. Por poner un ejemplo, un topónimo conocido con esta raíz es el mar Mediterráneo: al-bahr al-Mutawassit, el mar de En Medio.

Bueno, pues ahí está. Una teoría más, ¿por qué no?. TAUSTE, TAWASSUT, LA DE EN MEDIO. ¿En medio de dónde?, ¿entre Zaragoza y Tudela, El Arba y el Ebro, Ejea y Borja?.

¿Quién sabe?

viernes, 13 de mayo de 2011

¿NO SIENTEN PUDOR?


Lo comentaba el otro día un amigo en una tertulia.

Parece ser que cierto partido político del pueblo de arriba ha puesto a parir al adversario porque ha construido un campo de fútbol que vale 3,5 millones de euros, de los cuales, el pueblo ha tenido que poner casi un millón. Uno se queda perplejo, pensando, en su ignorancia, que quizá no esté tan mal eso de conseguir algo que vale casi cuatro veces lo que a uno le cuesta, y se pregunta de qué bolsillos sale el resto.

Pero el colmo es cuando (aparece en el último número de la revista HOY) el otro partido le responde tratándole de mentiroso (o algo parecido) y de insultar a la inteligencia de los ciudadanos de ese pueblo, porque ese millón de euros sólo lo ha puesto para adelantar pagos, que luego se cubrirá con subvenciones que habrán de llegar antes de 2014, por lo que el nuevo estadio no habrá costado ni un solo euro a ese pueblo.

¡Toma ya!

Desconozco si los ciudadanos de ese pueblo se sentirán ofendidos en su inteligencia, pero los de los demás pueblicos… ya no sé en lo que se nos ofende.

sábado, 16 de abril de 2011

LA MURALLA ANDALUSÍ DE TAUSTE

Como era habitual en las poblaciones medievales, el núcleo originario de Tauste se hallaba rodeado por una muralla construida con los materiales que más abundaban en el entorno, que en este caso era la piedra de yeso (alabastro), para cuya colocación se utilizaba pasta de yeso obtenido de la cocción y trituración de las mismas piedras.

Se trata del mismo sistema constructivo utilizado en la alcazaba de Calatayud y en numerosas fortificaciones andalusíes del valle del Ebro, datables todas ellas en torno al siglo IX, época en la que esta amplia zona constituía la Marca Superior de Alandalús o Zagr-Alandalús (podemos denominarla “época zagrí”). Gran parte de esta muralla se encuentra desaparecida, pero se conoce su trazado a partir de los pocos restos que quedan de ella y de la configuración urbanística del casco primitivo de Tauste. Los restos actuales de la misma se ubican, además de en un macizo existente delante del chaflán del edificio sito en Cuesta de la Cámara, nº 25 (entre éste y una pequeña escalinata que salva el desnivel que hay entre la Cuesta de la Cámara y C/ La Rosa), en buena parte del fondo de las fincas urbanas situadas en la parte derecha de la C/ Rey de Artieda y los cortados que dan a la Avda. Constitución y C/ 21 de Abril, sobre los que todavía se asientan algunas viviendas.

De todos estos restos, el más significativo es el de la C/ Rey de Artieda, en su esquina con la Plaza de la Picarra, dado que presenta un cubo cilíndrico que debió servir como lugar de defensa y puerta de la muralla en ese punto. Generalmente, a cada puerta se le asignaba un nombre, en función del lugar hacia donde estaba orientada: Según este criterio, ésta pudo ser la “Puerta del Arba” (Bab 'Arbaº), así como otras pudieron ser la “Puerta de Tudela” (Bab Tutila, taponando la subida de la Cuesta de la Cámara, junto al macizo antes mencionado), “Puerta de Zaragoza” (Bab Saraqusta, seguramente la más importante, cruzando la esquina Berroy), “Puerta de Ejea” (Bab Siyya, en la escalinata de detrás del Hogar de la Tercera Edad), etc. Pueden verlo pinchando aquí, página 25.

La sorpresa más reciente, relacionada con esta materia, ha sido el hallazgo de unos restos de esta muralla con motivo de las obras de urbanización de la Plaza de Santa María, zona de la Picarra y C/ Rey de Artieda, curiosamente fuera del trazado que se le suponía. Para mayor comprensión, acompaño croquis con el trazado previsto de la muralla en esta zona y el hallazgo, éste último señalado dentro de un círculo rojo.






Tenemos noticias de que el asunto ha sido estudiado por un arqueólogo, requisito previo para poder atravesar esos restos con una tubería de alcantarillado que estaba prevista en el proyecto de urbanización. No dispongo de información suficiente acerca de las conclusiones a las que han podido llegar y advierto que la arqueología es una disciplina que escapa a mis conocimientos; sin embargo, aun a riesgo de equivocarme y hecha esta advertencia, expondré aquí mis observaciones al respecto.

A la vista del hallazgo, la primera impresión que se recibía era que se trataba de los restos de una muralla de mampostería de yeso que cruzaba la calle que baja de la iglesia hacia la Picarra. La zanja en la que se descubrió se había abierto en el sentido longitudinal de la calle, junto al bordillo de la acera que separa la calzada del jardincillo situado en el lado izquierdo. Anunciaron que se trataba de un muro de unos 3,60 metros de espesor, y, efectivamente, ésa venía a ser, aparentemente, la anchura del macizo en cuestión. Digo “aparentemente” porque allí no parecía verse toda esa anchura cruzando la zanja. Más bien parecía un muro de poco más de un metro de espesor que venía de las edificaciones de enfrente, para, una vez llegado a la acera, hacer un recodo para bajar por debajo de la misma o adentrarse en el jardincillo. De hecho, en el lateral de la zanja del lado de la acera se veían los mampuestos de la muralla (ahí sí, hasta los 3,60 metros que dijeron), pero en el lateral opuesto –es decir, en el de la calzada- no era así, sino que aparecía el buro natural del terreno.



Vista del hallazgo mirando hacia la Picarra



Vista mirando hacia la iglesia, donde se aprecia que en el lado de la calzada el cortado es buro y el de la acera es mampostería de la muralla


Da la impresión de que el asunto ya no ha sido objeto de más estudios, pues, una vez tomados los datos por el personal autorizado en la materia, las obras han continuado, se ha roto el muro para atravesar con el colector de alcantarillado y se ha cubierto todo ello con hormigón. Sin embargo, pienso que se trata de una ocasión de oro para conocer el verdadero trazado de la muralla en este punto y que, posiblemente, nos puede proporcionar informaciones muy interesantes para el conocimiento de nuestra historia. El hecho de que el hallazgo se encuentre fuera del trazado previsto quizá signifique un recodo desconocido de la muralla que ratificaría la existencia de esa Puerta del Arba (o como se llamara), pues eran muy comunes las entradas en recodo como estrategia defensiva. A todo ello aporta un gran interés la existencia de esos restos de torreón semicircular o cubo cilíndrico que arriba se mencionan a tan sólo 20 metros de distancia en línea recta. El análisis adecuado de todo ello nos podría dar, no solamente la situación exacta de la puerta, sino también la configuración arquitectónica de la misma. Quién sabe las sorpresas que todo ello nos puede deparar y que pueden servir para recuperar patrimonio e ir sumándolo a éste nuestro tan vapuleado a lo largo de las últimas décadas.





Detalle del hallazgo. Los paneles amarillos ocultan huesos humanos, correspondientes a enterramientos de época muy posterior a la de la muralla


Aún estamos a tiempo. Probablemente la muralla continúe bajo la parte de jardincillo que no se ha excavado. Si es así, ahí estará a salvo de más agresiones. Podemos excavarlo con un coste mínimo, sobre todo si el Ayuntamiento dejara ese trocico sin pavimentar (sólo son 25 o 30 m2), que no molestaría para nada, de momento. Quizá ahí encontremos algún trozo de muralla digno de ser rescatado y, aun en el peor de los casos, en que no nos aportara gran información para las incógnitas que aquí planteo, debidamente restaurado y señalizado con un cartel explicativo de lo que representa, podría quedar muy bien, como un digno testigo de lo que fue nuestro pueblo.

Pensemos que se trata de la obra más antigua levantada por la mano del hombre (al menos, conocida) que aquí se conserva y que en todos sitios no pueden presumir de tener unos vestigios de nada menos que doce siglos de antigüedad.

lunes, 14 de marzo de 2011

PROYECTO DE PROMOCIÓN TURÍSTICA DE TAUSTE

Ahí lo tienen ustedes. Para los que quieran conocer el contenido del trabajo de Carolina Izquierdo, pueden descargarlo en:

http://www.elpatiaz.es/descargas/proyecto_turismo_2010.pdf

domingo, 6 de marzo de 2011

CAROLINA IZQUIERDO Y LA PROMOCIÓN TURÍSTICA DE TAUSTE


Hace algunas semanas que vengo detrás de presentarles a Carolina Izquierdo Álvarez. Se trata de una chica de Madrid, de la que, a pesar de su juventud, se quedarían maravillados. Aparte de su natural encanto y saber estar, les diré que es Diplomada en Turismo por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, postgrado en Dirección de Empresas Turísticas en las Universidades de Bournemouth (Inglaterra) y Savoie (Francia) y muchas cosas más hasta su actual labor en la Promoción Turística de la Ciudad de Madrid, pasando por un amplio currículum en desarrollos de guías turísticas y trabajos de investigación de mercados.

Pues bien, esta chica es nada menos que la autora de un trabajo titulado algo así como “Planificación estratégica de Tauste: análisis y estrategias de desarrollo para el posicionamiento de Tauste como destino turístico”, con el cual ha ganado la Beca de Investigación Villa de Tauste 2010, convocada por la Asociación Cultural El Patiaz.

Una maravilla, se les aseguro. La verdad es que cuando a uno le hablan por primera vez de “posibilidades turísticas de Tauste”, la primera sensación que experimenta es de cierta incredulidad. “¿Cómo?, pero si tenemos un paisaje tan feo, un urbanismo tan feo, nos hemos cargado en pocas décadas casi toda la arquitectura popular que teníamos, ¿a quién se le puede ocurrir Tauste como destino turístico?”. Pues ya ven. A veces, hace falta que sea alguien de fuera quien venga a decirnos que:

- Tenemos un paisaje de lo que no hay en toda Europa (donde, aburridos del “todo verde”, se están yendo a ver desiertos a África y a América), con un espectacular desierto que impacta por su colorido y sus caprichosas formaciones arcillosas, surcado por unos oasis lineales a lo largo de los ríos que lo atraviesan, un canal que es el más antiguo de Europa y que posee a lo largo de su trazado edificios e ingenios hidráulicos de siglos de antigüedad, un barranco que es como el Cañón del Colorado (pero en pequeño), una gran diversidad de paisaje, con sus riberas de ríos, carrizales, humedales, balsas, regadíos, secanos, montes, con toda la riqueza de variedad de luz y colorido a lo largo de todo el año, con su correspondiente fauna, etc.
- Un patrimonio arquitectónico encabezado por nuestra torre zagrí y nuestra iglesia mudéjar de Santa María, seguidas por la iglesia y torre de San Antón, el monasterio de San Jorge, la ermita de San José (algún día se restaurará, seguro), las ermitas del Sepulcro y San Antoñico, la Casa de la Cámara, Barrio Nuevo, los pueblos de colonización, el Santuario de Sancho Abarca.
- Obras de arte, como el retablo del altar mayor de la Iglesia de Santa María, el frontal de plata del altar y toda la colección de cuadros, esculturas y demás obras de arte existentes en nuestras iglesias, además del museo de la Iglesia Parroquial.
- Patrimonio arqueológico, como la ciudad prerromana de Valdetaus (con menos, en otros sitios han organizado verdaderos reclamos turísticos) y otros restos romanos esparcidos por nuestro término municipal.
- Gastronomía propia, digna de dar a conocer, como los fullatres, culecas, cajicas, roscones, mantecados, cocos.
- Carnavales, fiestas de abril y de septiembre, Voto de San Miguel, Dance, Bolero de Tauste, Rosario de Cristal, Comparsa de Gigantes.
- Colección de arte contemporáneo (54 obras, una de las más importantes de entre todos los ayuntamientos de Aragón), Centro de Interpretación del Agua, Ramón J. Sénder.
- Áreas de Cultura, Deportes, Música, eventos de difusión cultural, jornadas deportivas, andadas, etc.

Uno se queda pensando y dice “¿todo esto tenemos en Tauste?”. En cuántos sitios lo quisieran y se lo están inventando… Y eso que se ha dejado la Salve (hay que comprenderlo, que Carolina es de Madrid y demasiado completo es el trabajo que ha hecho) y probablemente no sepa que tenemos un auto sacramental que sólo se representó un año a pesar el éxito rotundo que tuvo, como tampoco sabe que este año vamos a representar el Voto de San Miguel (a ver quién encuentra otro, no sé si en España o en el mundo, con seis siglos de antigüedad y que se siga manteniendo), pero que ya dudamos si podrá repetirse en años sucesivos.
Ayyy, Tauste, Tauste.

Pues bien, con todo esto, sus conocimientos y su experiencia, Carolina Izquierdo nos ha preparado un programa de acción ambicioso, completo, que, de llevarse a cabo con la profesionalidad que el asunto requiere, podría suponer una fuente de riqueza importante, en un medio donde la agricultura y la ganadería ya no proporcionan el nivel de vida esperado y, muchas veces, la industria tampoco. Aprovechar las nuevas tendencias del turismo supone, además, una importante contribución al desarrollo sostenible y un interesante acercamiento entre las gentes.

Ahora hace falta la implicación de todo un pueblo, tanto desde el sector público como desde el privado, así como la coordinación con otros agentes de la comarca, de la provincia y de la comunidad autónoma.

Ahí está el reto.

viernes, 11 de febrero de 2011

TOPONIMIA CINCOVILLESA

Hay noticias que ilusionan, otras que desazonan y otras que ambas cosas a la vez. Ésta última es la sensación que me ha causado un artículo que aparece en la página 3 de “La Crónica Cinco Villas” (nº 125, correspondiente a enero de 2011).

Se trata de la publicación de un libro titulado “Toponimia de las Cinco Villas de Aragón”, presentado en Ejea el pasado 7 de enero en Ejea de los Caballeros, el cual, aun sin conocerlo, intuyo que será indudablemente una gran obra, viniendo de su autor (Marcelino Cortés) y del tiempo de trabajo y dedicación que hay detrás de todo ello.

¿Por qué desazón?. Como taustano que soy, voy a tratar de explicarlo.

Se trata de una colección muy interesante sobre la toponimia de las Cinco Villas, realizada con mucho rigor por su autor, el ejeano Marcelino Cortés Valenciano. Comenzó por “La Toponimia de Ejea de los Caballeros”, editada en 2004 por el Centro de Estudios de las Cinco Villas, perteneciente a la Institución “Fernando el Católico”. Hasta ahí, muy bien, todo perfecto. Pero, qué casualidad, cuando en 2008 el mismo autor saca “La Toponimia de la Villa de Tauste”, parece ser que no hay posibilidad de ser financiada la edición por la misma entidad y, si se quiere que vea la luz, tiene que ser editada por la Asociación Cultural “El Patiaz” y patrocinada por la Fundación Bartibás Herrero, ambas de Tauste. Es más, a pesar de varios intentos para concertar una entrevista con los responsables y el envío de correspondencia certificada, nunca se obtuvo una respuesta para que el libro formase parte de una colección homogénea y ampliable.

Ahora, por lo visto, vuelve a haber fondos para este nuevo libro, de lo cual tenemos que congratularnos todos. El artículo en cuestión anuncia futuros trabajos sobre la toponimia en Sádaba, Uncastillo y Sos. Posiblemente para ellos habrá fondos (¿para todos?, ojalá, el tiempo lo dirá), pero “¡qué casualidad!”, para el de Tauste no los hubo. Por cierto, el artículo recuerda el origen que el autor del libro atribuye al nombre de Tauste, Tobustum, de la piedra toba calcárea, que “tanto abunda en nuestro territorio”, según dice. Precisamente, recuerdo con admiración todo el libro, salvo, precisamente, esa puntualización, pues, como conocedor de materiales por mi profesión, puedo asegurar que en todo el término de Tauste no existe ese mineral. Lo confunde con los algezones o piedras de yeso (incluso acompaña una fotografía de la muralla islámica de Tauste, construida con algezones), que sí son característicos de nuestro territorio, pero que para nada son de naturaleza calcárea (se trata de sulfato cálcico en forma de alabastro) ni presentan oquedades como las tobas.

Pero dejando aparte ese detalle y volviendo a la actitud del Centro de Estudios de las Cinco Villas para con nuestro pueblo, seríamos ingenuos y olvidadizos si pensáramos que se trata de un hecho aislado.

No puedo evitar acordarme de lo que sucedió con nuestro Auto Sacramental.”La Sagrada Aurora en Tauste”. Se trata de una obra literaria del siglo XVIII que tiene gran valor, no tanto por sí misma como por pertenecer a un género escasísimo en su época en toda España, y, mira tú por dónde, justamente se refiere a Tauste. Fue recuperada por Enrique Galé Casajús, cuyo trabajo mereció el premio “Isidoro Gil de Jaz” del Centro de Estudios de las Cinco Villas, y, por tanto, lógicamente, debía ser editado y publicado. De eso hace ya unos pocos años y todavía no ha visto la luz. Allí está, lamentablemente, como secuestrado, durmiendo el sueño de los justos. Claro, tampoco hay dinero para ello, pero sí para otras publicaciones referentes a otras poblaciones de nuestra comarca (y no voy a nombrarlas, que a buen entendedor…).

¿Con qué criterios se decide en qué se gasta el dinero este Centro de Estudios y quién dicta estos criterios?.

Luego, si ocurre, aún dirán que en Tauste nos gusta ir de víctimas, pero, oye, vamos a decirlo, ¿a alguien le cabe en la cabeza que si el título hubiera sido "La Sagrada Aurora en Ejea de los Caballeros" ese libro no estaría editado y publicado por el propio Centro de Estudios de Las Cinco Villas desde hace ya bastante tiempo?.

Quizá sería consecuente replantearse el nombre y cambiarlo por el de Centro de Estudios "Ejeanos". Quedaría más acorde con la realidad, ellos seguirían teniendo lo mismo y a los demás les permitiría cierta libertad de acción que, de esta forma, no tienen, aunque tuvieran que buscarse la vida por donde fuera. Vamos, como la situación actual, pero sin perro del hortelano.

domingo, 30 de enero de 2011

¿CÓMO SE ENCONTRÓ EL CEMENTERIO ZAGRÍ DE TAUSTE?


A veces me preguntan cómo se me pudo ocurrir que el cementerio islámico de Tauste pudiera estar donde finalmente lo encontramos. Algunos lo atribuyen a pura casualidad, mientras que otros me adjudican una gran perspicacia que ya la quisiera yo.

Ni lo uno ni lo otro. Generalmente las cosas ocurren de una forma más normal que todo eso. Era un secreto a voces que en aquella zona aparecían enterramientos. A mediados del siglo XX a alguien se le ocurrió relacionarlos con una epidemia de cólera que asoló Tauste hacia el año 1885. Cuentan que en las casas donde había un enfermo ponían una silla en la puerta; de esa forma, cuando pasaba el médico sabía que debía entrar allí. Si sobre la silla había un paño negro, significaba que lo que había era un muerto. No daba tiempo a realizar funerales en condiciones, de modo que iban los servicios municipales por la calle con un carro tirado por mulas y, donde veían el paño negro sobre la silla, entraban, cargaban al muerto sobre el carro y, cuando éste se llenaba, conducían la carga al cementerio. De allí viene el nombre de la esquina “Berroy”: Efectivamente, Berroy no era ningún potentado del pueblo, como muchos pensarán, sino un pobrecico cuyo cadáver cayó del “caramullo” del carro en aquella esquina, quedando su nombre atribuido a la misma de manera popular.

Pues bien. Mi mosqueo empezó cuando pude comprobar que aquellos enterramientos no correspondían a fosas comunes, sino que se trataba de enterramientos individuales y ordenados. Es decir, un cementerio en toda regla.

Sabíamos que, antiguamente, a los muertos se les enterraba en las iglesias: a los pobres fuera y a los ricos dentro, que así estaban más cerca de Dios (para todo siempre ha habido clases). Concretamente, en Tauste, el subsuelo tanto del interior como de los alrededores de las iglesias de Santa María y San Antón estaba repleto de esqueletos humanos (y aún quedan, evidentemente). Esa práctica vino siendo habitual hasta principios del siglo XIX, cuando el gobierno de España dictó una Orden por la que, debido a motivos de salubridad, los cementerios debían sacarse fuera de las poblaciones. Fue entonces, hacia 1835, cuando se construyó el que conocimos como “cementerio viejo” en el paraje de Santa Bárbara, el cual fue derribado en los años 80 para hacer el parque que ahora existe en ese lugar. La pregunta inmediata, lógicamente, fue: ¿si aquel cementerio fue el primero en construirse fuera del casco urbano, éste, que también estuvo fuera y del que nunca ha habido constancia alguna, qué narices es?. Está claro que ahora esa zona está dentro del pueblo, pero antes del siglo XX el trazado urbano terminaba allí; eran las eras.

Ahí es donde me coincide el momento de mis inquietudes zagríes y empiezo a recoger información sobre cómo eran (y son) los cementerios islámicos: situados fuera de la ciudad, pero pegados al límite de la misma y junto al camino principal que a ella llegaba. En los archivos parroquiales no había constancia alguna de la existencia, siquiera, de alguna humilde ermita o construcción religiosa que diera pistas sobre un cementerio cristiano en ese lugar, luego ahí empezó la sospecha de que pudiera ser musulmán.

De igual forma que, para nosotros los técnicos, los planos de los edificios antiguos nos transmiten un lenguaje muy interesante sobre el proceso de construcción de los mismos, también ocurre con los planos de las ciudades, que nos dan a conocer de una forma intuitiva, pero generalmente bastante certera, la evolución de toda la trama urbana y de su entorno. Las piezas empezaban a encajar, pues por ahí tenía que venir el camino más importante que llegara a Tauste, que es el de Zaragoza. La existencia de un cementerio tan grande en ese lugar significaría que el pueblo, en el siglo XI, ya llegaba hasta allí, lo que justificaba el origen zagrí de la torre como alminar de la mezquita y no mudéjar como siempre se ha dicho, por la existencia de una población numerosa ya en aquella época. Efectivamente, si Tauste hubiera sido tan sólo una humilde fortaleza con pocos habitantes antes de la conquista de Alfonso I el Batallador, no cabría pensar en un alminar tan grandioso como éste, que, supuestamente, debía acompañar a una mezquita en consonancia con el mismo.

Y salió, sí señor, salió que ese cementerio era musulmán. Y por eso es que afirmo que el hallazgo da un vuelco a la historia de nuestro pueblo. Algunos me dicen que debería ser más prudente en mis afirmaciones hasta que lleguen los resultados del carbono-14, los cuales nos darán la fecha aproximada de esos enterramientos. Me da igual. Con todo lo importante que será el conocimiento de esos resultados, me estoy poniendo en la situación más modesta, que es que sean del siglo XI, porque si resultan ser anteriores, ya pueden venir los eruditos de la Universidad o de donde haga falta para que nos expliquen qué pudo haber en Tauste en los siglos VIII, IX o X, pues, recordemos que la ubicación del cementerio en ese lugar significa que el pueblo llegaba hasta allí y que por tanto, era ya muy grande, pues tenía la misma extensión que mucho después, ya en el siglo XIX. Podemos ser "condescendientes" con su error al afirmar tan rotundamente que Tauste no era apenas nada hasta que no llegaron los cristianos si sólo hay un siglo de desviación, pero si fueran más siglos, algo nos tendrían que decir, pienso, y sería yo el primero en alegrarme por haberme equivocado.

Pero si resultan posteriores, todavía el asunto resulta ser más enigmático, pues se dice que, después de la conquista cristiana, no quedó población musulmana en Tauste. Aunque hubiera quedado, sería una minoría, lo cual no justifica un cementerio de tales proporciones. Por tanto, que vengan también, que se pongan a trabajar y que nos lo expliquen.

El próximo 17 de febrero sabremos más del tema, en la conferencia que el arqueólogo director de las excavaciones, Francisco Javier Gutiérrez, nos va a impartir en la Casa de Cultura. Seguro, dada la envergadura del asunto y conociendo al personaje (no se lo pierdan), que va a ser muy, pero que muy, interesante.