viernes, 23 de septiembre de 2011

LA MURALLA ANDALUSÍ DE TAUSTE (2)


El pasado 16 de abril colgué en este mismo blog un artículo sobre la muralla andalusí de Tauste, en el que detallaba los vestigios que nos quedan de la misma. Decía que el más significativo de todos es el de la C/ Rey de Artieda, en su esquina con la Plaza de la Picarra, dado que presenta un cubo cilíndrico que debió servir como lugar de defensa y puerta de la muralla en ese punto, pudiendo estar en este lugar la “Puerta del Arba” o Bab 'Arbaº (en árabe).







Sobre este lienzo, la Asociación Cultural “El Patiaz” había presentado unos meses antes ante el Ayuntamiento una propuesta para el adecentamiento del mismo, ya que es una de las paradas habituales en las visitas turísticas guiadas a nuestro pueblo. La propuesta, que se hacía en el momento más oportuno, aprovechando la inmediata acometida de las obras de urbanización de esa calle, resultaba muy económica y consistía en dar un tratamiento distinto al pavimento, eliminar los cables aéreos que atraviesan todo el frente, repasar la superficie con pasta de yeso tradicional, colocar un cartel explicativo en castellano y en inglés y vallar el pequeño recinto para protegerlo de vandalismos.

Por otra parte, el dato de actualidad, en el momento de aquel artículo, era la aparición de restos de muralla bajo la calle, en la bajada de la Iglesia hacia la Picarra, planteando las incógnitas que aquellos restos suscitaban y la oportunidad de rescatar parte del trazado de la misma, aprovechando que el lugar por donde parecía continuar se encontraba de tierra y no suponía ningún impedimento para la circulación rodada ni para el desarrollo del resto de las obras. También se trasladó esta sugerencia al Ayuntamiento, siempre desde la hipótesis más probable de que se tratara de la muralla andalusí, porque pensábamos que nuestro pueblo había sido fundado en la época de dominio musulmán. Sólo requería cierta labor de coordinación, para lo cual ofrecíamos nuestra disponibilidad desinteresada, tanto personal como profesional.






El resultado de las pruebas de Carbono-14 aplicadas a los restos de la necrópolis islámica de Tauste abren nuevos horizontes sobre el origen de nuestro pueblo, sabiendo ahora con bastante certeza que su fundación no es islámica, como siempre se había pensado, sino anterior. Comentábamos en el artículo anterior una mayor probabilidad de que fuera fundado en época prerromana que en las posteriores (romana o visigoda). Hay que destacar que el lienzo del inicio de la C/ Rey de Artieda (cubo cilíndrico) tiene el sistema constructivo característico de otras fortalezas islámicas, como la de Calatayud u otras del valle del Ebro, que consiste en adosar las piedras de yeso al propio talud, sirviéndole de refuerzo y contención, pero los restos aparecidos bajo la calle con motivo de las obras pueden ser de otra época.


Puede haber quien opine que no tienen ninguna importancia, dada la pobreza de esas construcciones, pero hay que pensar que no podemos relegarlas al olvido y la destrucción, viendo como en otros lugares hallazgos similares son rescatados y apreciados tanto por los propios del lugar como por los visitantes, constituyendo un valor añadido a su patrimonio, incentivo para el turismo y fuente de riqueza, mientras tanto, en nuestro pueblo, tan amantes como somos de nuestras tradiciones, somos capaces de ver cómo desaparece nuestra historia y nuestro patrimonio sin apenas pestañear.

Se ha desperdiciado una ocasión de oro para soterrar los cables que tanto afearán a nuestra muralla (si es que conseguimos que se restaure). No conformes con eso, nos han “adornado” el rincón con la colocación de un "bonito" armario de instalaciones y nos han pavimentado todo para que no podamos descubrir nada. Y ahora, ¿qué?.






En un pueblo donde no se puede cambiar el día de la fiesta de la Coronación de la Virgen porque es el 21 de septiembre y no otro día, pero sí se puede ver desaparecer -por ejemplo- una ermita vinculada a seis siglos de historia, tradición y vivencias de nuestros antepasados (me refiero a San José) sin que nadie se despeine, o los restos de una muralla de doce siglos de antigüedad, algo pasa.





Ermita de San José